MANILA.- Al menos cinco guerrilleros y un civil murieron en las últimas horas en dos tiroteos entre las fuerzas de seguridad y los rebeldes comunistas del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) en el norte y sur de Filipinas.
Fuentes policiales informaron hoy de que el primer choque se produjo ayer por la tarde en la provincia meridional de Compostela Valley, donde unos 60 insurgentes asaltaron una mina de oro propiedad de una empresa estadounidense.
Los guerrilleros abrieron fuego contra los guardias de seguridad, y uno de ellos perdió la vida tras recibir varios balazos.
Horas después y en la provincia de Cagayen en el extremo norte del archipiélago, otro grupo de presuntos miembros del NEP se enfrentó a tiros con la Policía, que abatió a cinco rebeldes, dejó heridos a tres y capturó a uno.
La violencia ocurre dos días después de que el Presidente filipino, Benigno Aquino, se mostró optimista sobre las posibilidades de firmar la paz con el NEP antes de que expire su mandato en 2012.
El brazo armado del ilegal Partido Comunista de Filipinas, cuenta con unos 6.000 combatientes regulares y lleva 42 años alzado en armas contra las fuerzas gubernamentales, en un conflicto que causa muertes casi todas las semanas.
Hace unos meses se reanudaron las negociaciones de paz en Oslo, pero el acuerdo todavía está lejos, según todas las partes.