Así lucen las calles de la villa trasandina.
AFPBUENOS AIRES.- La situación en la ciudad de montaña argentina Villa La Angostura se complicó en las últimas horas por la continua caída de cenizas emanada por el cordón volcánico Caulle, ubicado a sólo 35 kilómetros, y el corte de suministro de agua.
Las autoridades analizan anticipar las vacaciones de invierno, mientras reclaman que se declare a la localidad turística "zona de desastre" y en "emergencia económica".
Mientras tanto, se pudo restablecer el servicio de electricidad en el 40 por ciento de la ciudad, luego que operarios limpiaron de cenizas las conexiones en cada uno de los aisladores.
El intendente local, Ricardo Alonso, aseguró que "la Villa sólo puede vivir del turismo". "Es una guerra en la que no tenemos opciones, pero tenemos que recuperarnos cueste lo que cueste", afirmó el funcionario, ante los temores de un fracaso de la temporada turística invernal en el centro de esquí que alberga la ciudad, Cerro Bayo.
"Esto no es culpa de nadie, nos tocó y acá estamos. Por eso debemos hacer frente a esto donde no tenemos otra opción que superar esta crisis, porque Villa La Angostura no tiene otra alternativa que vivir del turismo por estar insertado dentro de un Parque Nacional", señaló al portal "La Angostura Digital".
Villa La Angostura está ubicada a unos 1.600 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, sobre el lago Nahuel Huapi, el principal espejo de agua en la región.
Es una tranquila villa de montaña, con cabañas de madera y frondosos bosques que se encuentran actualmente totalmente cubiertos por el material volcánico. Las aguas están cubiertas de cenizas y todo el paisaje andino cambió los verdes y marrones por el gris.
Las cenizas presentes en la atmósfera mantienen en tanto cerrados los aeropuertos de la región patagónica andina, por lo cual se teme que esto también afecte la llegada de turistas a la zona.
No sólo peligra la temporada turística de invierno, que comenzará en pocas semanas, sino también la actividad agropecuaria de la zona, ya que las pasturas quedaron cubiertas de cenizas y no hay alimentos disponibles para los animales.