AMSTERDAM.- Un tribunal holandés absolvió el jueves al político populista Geert Wilders de los cargos de incitación al odio contra los musulmanes, en un caso que puso a prueba la libertad de expresión en el país tradicionalmente liberal.
El juicio atrajo la atención no sólo por los polémicos comentarios de Wilders sobre el Islam -que él comparó con el nazismo- sino también por la creciente influencia de su partido político, que respalda al Gobierno holandés en minoría en cuestiones económicas y de otra índole.
El juez que presidió el tribunal dijo que las declaraciones de Wilders fueron en ocasiones "dañinas", "escandalosas" u "ofensivas", pero que se realizaron en el contexto de un debate público sobre el multiculturalismo y la integración de los musulmanes y que por eso no fueron un acto delictivo.
El tribunal se apoyó en un fallo del Tribunal Supremo, que señalaba que una declaración ofensiva sobre la religión de alguien no era un delito, como la base de su decisión, lo que llevó a la absolución, dijo el juez.
Wilders, que ha recibido numerosas amenazas de muerte y tiene que vivir bajo protección las 24 horas, alegó que estaba ejerciendo su derecho a la libertad de expresión cuando criticó al Islam.
En una decisión inusual, el equipo de la fiscalía había pedido también la absolución, alegando que los políticos tienen derecho a comentar temas problemáticos y que Wilders no estaba intentando fomentar violencia o división.
Grupos minoritarios dijeron que llevarían ahora el caso al Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, argumentando que el fallo significaba que Holanda había fracasado para proteger a las minorías étnicas de la discriminación.