ROMA.- El recién elegido alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, advirtió hoy jueves de que existen riesgos para la salud de los vecinos de esa ciudad italiana si no se soluciona pronto la nueva crisis de la basura, ante las cerca de 2.300 toneladas de residuos que se amontonan en las calles.
En una rueda de prensa, el edil anunció que pedirá a las fuerzas del orden que realicen escoltas armadas a los camiones de basura para que puedan operar, ante los altercados de los últimos días por las protestas vecinales.
"La situación ambiental y sanitaria es grave. Existe un riesgo concreto para la salud de los ciudadanos", dijo el alcalde, quien indicó que el asunto es "aún más difícil" por los incendios de basura registrados.
De Magistris explicó que desde anoche no funciona la incineradora de residuos de la vecina localidad de Acerra por una avería en la planta, por lo que al menos 2.000 toneladas de basura no se han podido quemar en las últimas horas.
En este sentido, el alcalde señaló que la solución no es la construcción de una segunda incineradora, porque eso lleva demasiado tiempo y no pueden esperar, y apostó por reunir lo antes posible los fondos necesarios para que la empresa municipal de residuos pueda trabajar en la recogida 24 horas al día.
El alcalde de Nápoles, del opositor partido Italia de los Valores (IDV), arremetió contra Berlusconi, de quien dijo que con sus hechos demuestra que la ciudad "no le importa".
"El Gobierno no ha asumido sus responsabilidades y otros son lentos en adoptar medidas que podrían liberar la ciudad de residuos. Cada uno tiene que hacer su parte, la región de la Campania, la provincia de Nápoles y, en lo que le compete, también la delegación del Gobierno", subrayó De Magistris.
Desde hace unos días, los bomberos de Nápoles tienen que salir varias veces durante la noche ante los pequeños incendios declarados en los montones de basura acumulada y los vuelcos de contenedores y esparcimiento de residuos por parte de algunos vecinos que protestan contra el olor y las condiciones insalubres.
Este repunte en la acumulación de basuras en las calles de Nápoles llega después de que a principios de mayo Berlusconi enviara de nuevo militares para ayudar en la recogida, una decisión que la oposición tachó de "electoralista".
El Gobierno italiano tenía previsto aprobar la semana pasada un decreto ley para el traslado de las basuras de Nápoles a otras regiones, pero finalmente no se produjo por el freno de los socios de Berlusconi, la Liga Norte (LN).