SANTIAGO.- Tiene siete hijas, pero no le basta. Recurrió a un sacerdote, que le garantizó que sería "bendecido" con un primogénito si seguía su consejo. Sin pensarlo, Kailash Singhe (65), un campesino de India, optó por dejar de lado la limpieza. Así ha estado desde 1974, último año que se bañó.
Su sorprendente historia es consignada por distintos medios del mundo, como el tabloide británico "Daily Mail", que subrayan, por ejemplo, el largo de su barba: 1,83 metros de largo.
"Hay muchas personas que se burlan de mí por no lavarme. Ellos no entienden mi decisión, pero no voy a cambiar mi mente, ya que es la elección de Dios, no el mío", afirma.
Con todo, debe ser difícil acompañarlo, según consigna "People Daily". Más aún, si Singhe trabaja cuidando vacas a 47°C de temperatura en los campos de la ciudad de Varanasi, a orillas del río Ganges.
"Él dice que prefiere morir antes que tomar un baño y sólo un hijo puede cambiar de opinión. Ha sido durante tantos años que ya estoy acostumbrada", cuenta su esposa, Kalavati Devi (60), quien confiesa haber intentado bañarlo, "pero se resistió y escapó".
A tanto llega la "molestia", que su mujer lo ha amenazado con dejar de dormir con él si no de baña. Pero, lejos de convencerlo, recibe como respuesta: "Debes ser leal y aguantar el hedor".
Su única "limpieza", según comenta el propio Singhe, es un "baño de fuego" (fumar marihuana orando a Shiva y bailando alrededor de una hoguera". "Con esto se deshace todo el sudor", asegura.
Una de sus hijas, Pooja (16), dice haberse rendido ante la intransigencia de su padre, pues "no hay nada que podemos hacer como que no escucha a nadie".