CASABLANCA.- Miles de personas se manifestaron hoy en Marruecos para pedir reformas democráticas profundas tras la aprobación el viernes por referéndum de una nueva Constitución que reduce los poderes casi absolutos del rey Mohamed VI.
El Movimiento del 20 de Febrero, que organizó semanas de protestas para pedir reformas en la más vieja monarquía reinante del mundo árabe, denunció la nueva Constitución como un puro artificio y afirmó que su aprobación por referéndum, con 98% a favor del "sí", fue una farsa.
Más de 6.000 personas desfilaron pacíficamente a última hora de la tarde en Casablanca, la gran metrópolis económica del país, pidiendo "¡Dignidad y Libertad!".
"He venido a protestar contra una constitución que no cambia nada y que refuerza aún más los poderes del rey", declaró uno de los manifestantes, que se identificó únicamente como Omar.
"Soy estudiante, no tengo dinero y estudio en condiciones difíciles, y me gustaría que mi vida cambiara, es por eso que estoy manifestando", dijo por su parte Bilal Chihab, de 22 años.
La manifestación contó con la participación de gran número de islamistas de la asociación Al Adl Wa Ihssan (Justicia y Caridad, prohibida pero tolerada por la autoridades).
Debido a la presencia de decenas de contramanifestantes, que cantaban canciones populares al son de potentes altavoces, el desfile, rodeado de un fuerte dispositivo policial, tuvo que cambiar de itinerario para evitar eventuales enfrentamientos.
En Rabat, un millar de personas desfilaron en calma por el bulevar Hasan II y Mohamed V, que conduce al Parlamento.
En muchas de las pancartas podía leerse "No abandonaremos", mientras los manifestantes coreaban "estamos aquí para lograr un futuro mejor".
El Movimiento 20 de Febrero, constituido por jóvenes de tendencias políticas diferentes --jóvenes ciber-militantes, en su mayoría independientes, izquierdistas e islamistas del Movimiento Justicia y Caridad- había llamado a boicotear el referéndum constitucional, al igual que tres partidos pequeños de la izquierda y un sindicato.
El Movimiento reivindica reformas que puedan conducir a una monarquía parlamentaria, inspirándose del modelo español, así como una mayor justicia social, el fin de la corrupción en un país donde la mayoría de los jóvenes están en paro.
La nueva Constitución refuerza los poderes del primer ministro y del Parlamento pero preserva la preeminencia política y religiosa del monarca.
También prevé reformas para reforzar el Estado de derecho y una justicia independiente bajo la batuta del Rey.