SANÁ.- El Presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, regresará a su país desde Arabia Saudita tras un período de recuperación determinado por sus médicos, reportó el martes la agencia de noticias estatal.
Saleh ha estado recuperándose en Arabia Saudita de las heridas sufridas en un intento de asesinato hace dos meses, en el punto máximo de los enfrentamientos entre las fuerzas leales a su Gobierno y facciones tribales que respaldaban las protestas masivas que pedían su renuncia después de 33 años en el poder.
La parálisis política por el destino de Saleh llevó a la nación más pobre del mundo árabe al borde de la guerra civil y elevó los temores en la vecina Arabia Saudita y en Estados Unidos de que el caos en Yemen pudiera fortalecer a la rama de Al Qaeda en el país.
La agencia citó a un funcionario de la oficina presidencial yemení negando un reporte del diario panárabe Asharq al-Awsat, basado en Londres, de que las autoridades estadounidenses habían convencido a Saleh de no regresar al país.
Estados Unidos y Arabia Saudita, ambos blancos de frustrados ataques de una facción de Al Qaeda basada en Yemen, intentaron evitar el caos en medio de un creciente vacío de poder mediante un plan con la mediación de los vecinos ricos del Golfo Pérsico que proponía la renuncia de Saleh.
El Mandatario aceptó el acuerdo, pero se terminó retirando a último momento en tres ocasiones.
Tras el último incumplimiento se desataron semanas de enfrentamientos entre sus fuerzas y los combatientes de la agrupación tribal Hashed, que exige su renuncia.
Esa ronda de combates dejó partes de la capital Saná en ruinas antes de que quedara establecido un frágil cese al fuego con la salida de Saleh.
Pero después de semanas de una relativa calma, los prolongados conflictos regionales de Yemen han vuelvo a renacer, incluyendo un enfrentamiento con militantes islamistas que ha provocado un éxodo masivo en una provincia del sur.
