WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reivindicó hoy el rol de "héroes" de muchos musulmanes estadounidenses en los atentados del 11 de septiembre de 2001, un mes antes de la conmemoración del décimo aniversario de los ataques.
Obama se dirigió a la comunidad musulmana del país durante una cena "iftar" en la Casa Blanca para celebrar la costumbre islámica de romper con una única comida vespertina el ayuno diario durante el mes sagrado del Ramadán.
"Dentro de un mes será hora de honrar a todos los que hemos perdido, a las familias que llevan su legado, a los héroes que se apresuraron a ayudar ese día y a todos los que han ayudado a mantenernos a salvo durante una década difícil", dijo Obama.
"Esta noche merece la pena recordar que estos estadounidenses procedían de muchos contextos y de muchas fes, incluidos patrióticos y orgullosos musulmanes estadounidenses", indicó al comienzo de la cena, una tradición que el Presidente ha mantenido anualmente, como lo hizo su predecesor George W. Bush.
"Los musulmanes estadounidenses nos ayudan a mantenernos seguros", aseveró el mandatario, que citó a los "miles" de ellos que forman parte de las Fuerzas Armadas del país, que "se presentaron voluntarios en tiempos de guerra" y hoy "trabajan juntos y tienen éxitos juntos, como un solo equipo estadounidense".
Además, recordó la labor que hacen por la seguridad nacional los musulmanes que trabajan como policías, bomberos, dentro de agencias del Gobierno federal o los legisladores, como los congresistas demócratas Keith Ellison y André Carson, presentes en la cena de hoy.
Para honrar a los caídos ese día, indicó el mandatario, el país debe convertirse en "los Estados Unidos por los que vivieron y por los que murieron, por los que se sacrificaron".
Por ello, Obama formuló un deseo para el aniversario del 11-S: el de que su país no se limite a "tolerar a la gente de otras creencias, sino que se enriquezca por su diversidad, que avance como una sola familia".