MADRID.- El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, calificó de "lamentables" los enfrentamientos verbales y la tensión vivida este miércoles en Madrid entre jóvenes católicos y opositores a la visita del Papa Benedicto XVI.
Martínez atribuyó a una "provocación" por parte de los manifestantes de la marcha contra la visita del Pontífice a la capital española.
"No van a aguar" la fiesta católica, aseguró el portavoz eclesiástico, al condenar la "agresividad" mostrada por los que protestan contra el desarrollo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Madrid, a la que asistirán, según los organizadores, más de un millón de peregrinos llegados de todas partes del mundo.
El opositor Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy arremetió por su parte contra el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por haber autorizado la manifestación contra el supuesto uso de fondos públicos para financiar la visita del Papa y la JMJ.
"Autorizar esa marcha con ese itinerario era hacer posible que ocurriera lo que ocurrió, y pienso honestamente que el ministro del Interior (Antonio Camacho) tiene que asumir algún tipo de responsabilidad política por esos incidentes", dijo el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons.
Miles de personas -más de 15.000 según medios españoles- se manifestaron durante esta jornada en el centro de la capital española bajo el lema "De mis impuestos, al Papa cero", en una marcha autorizada.
Cuando quisieron atravesar la Puerta del Sol, peregrinos de la JMJ impidieron su avance.
Entonces comenzaron las tensiones y los insultos mutuos, mientras la policía establecía un cordón entre las dos partes.
Los agentes acabaron sacando a los peregrinos de la plaza, en la que no obstante se quedó un nutrido grupo de manifestantes que no continuó la marcha.
Finalmente, las fuerzas de seguridad cargaron contra ellos para despejar la Puerta del Sol, símbolo de las protestas de los indignados en los últimos meses. Algunos se enfrentaron con los agentes y lanzaron botellas contra ellos.
Ocho personas fueron arrestadas. Los servicios sanitarios atendieron a 11 heridos, tres de ellos policías.
Según las fuerzas de seguridad, siete de sus agentes resultaron heridos.
El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, defendió la actuación de los agentes y la autorización de la marcha.
Los policías actuaron "correctamente" y la marcha se celebró porque era "imposible" prohibirla, dijo a la Cadena Ser.
No obstante recordó que la Delegación del Gobierno en Madrid intentó convencer a los organizadores de la manifestación -asociaciones laicas y de cristianos de base- de que no pasaran por Sol.
"Son jóvenes, son católicos, saben lo que es la Puerta del Sol y conocen que sobre esta manifestación se había ido construyendo una especie de leyenda", dijo Jáuregui sobre los peregrinos que fueron hasta allí y trataron de impedir el paso de los manifestantes.
"Lo que se vio a la postre es que en la Puerta del Sol hubo una concentración también de jóvenes peregrinos y hubo un poco de tensión. La policía lo que hizo fue encapsular a la manifestación para que pudiera seguir transcurriendo", dijo.
"Luego lo que ocurrió con los pocos que quedaban por allí, bien entrada la noche, y que obligaron a una intervención policial mayor, fue una cuestión colateral", aseguró.