MADRID.- Benedicto XVI advirtió hoy sobre las devastadoras consecuencias que puede tener una ciencia "sin límites" y consideró que frente a la mediocridad y el relativismo" del mundo actual, es necesario un testimonio "radical" del Evangelio.
El Pontífice hizo estas manifestaciones en el encuentro que mantuvo con 1.664 jóvenes monjas y profesores universitarios en el monasterio de El Escorial, ubicado a 50 kilómetros de Madrid, donde transcurrió parte de su segundo día de estancia en España para presidir la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Benedicto XVI, que en algunos momentos presentó aspecto cansado debido al fuerte calor reinante, recibió un nuevo baño de multitudes por las miles de personas que desafiaron las altas temperaturas y le aclamaron a su llegada a El Escorial y sobre todo por las monjas, eufóricas, que estallaron en júbilo cuando les dirigió un discurso en el que dijo que la Iglesia las necesita.
Defendió la "radicalidad evangélica" de la vida consagrada en una sociedad, la actual, en la que, opinó, se constata “una especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, un auténtico rechazo del cristianismo y una negación de la fe recibida".
"Frente al relativismo y la mediocridad surge la necesidad de esa radicalidad, que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado", afirmó el papa.
Subrayó que la "radicalidad evangélica" se expresa en las diferentes misiones que les ha confiado, desde la vida contemplativa, a la educación de niños y jóvenes, el cuidado de los enfermos y ancianos, el acompañamiento de las familias, el compromiso a favor de la vida o la labor misionera.
Después, el papa, que ejerció durante 25 años en universidades alemanas, se reunió en la basílica del monasterio con los profesores universitarios, ante los que pronunció un discurso académico en el que advirtió de que una ciencia "sin límites" puede causar daños devastadores al mundo.
El Papa aseguró asimismo que cuando se elimina toda referencia a Dios se puede llegar al totalitarismo político y que por ello la Universidad es la que preserva de esa visión reduccionista y sesgada del ser humano.
"Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder", afirmó.
El Obispo de Roma criticó que en una sociedad "quebradiza e inestable" se piense que la misión de un profesor universitario es exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento.
A ese respecto, denunció que cada vez cunde más en la sociedad la "visión utilitarista de la educación".
El papa Ratzinger agregó que la universidad encarna un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, "ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor".
El pontífice, que regalo un mosaico de San Lorenzo a los monjes agustinos del monasterio de El Escorial, fue acogido por un aplauso que se prolongó durante más de cinco minutos.
Al acto asistió la presidenta de la Comunidad de Madrid (Gobierno regional), la conservadora Esperanza Aguirre, y el ministro de Educación, Ángel Gabilondo.
La segunda jornada del papa en España comenzó con una visita a los Reyes de España y a la familia real en el palacio de la Zarzuela.
Allí se reunió a solas con el rey Juan Carlos y, según fuentes de la Casa del Rey, compartieron su "preocupación" por los problemas de la juventud actual y coincidieron en la necesidad de encontrar salidas a la insatisfacción que muestran los jóvenes.