DAMASCO.- Al menos 23 personas murieron en el tercer viernes de Ramadán en las manifestaciones contra el régimen sirio, al día siguiente del primer llamado de Occidente para que Bashar al Assad abandone el poder, mientras la oposición se une para provocar la caída del Presidente.
Con el lema "El comienzo de la victoria" y tras culminar la oración del tercer viernes del Ramadán, los manifestantes se volcaron a la calle, pese a la estrecha vigilancia de las fuerzas de seguridad en todos los lugares considerados focos de protesta.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, 15 personas murieron en la provincia de Deraa (sur), cuna de la revuelta: ocho en Ghabagheb, entre ellas dos niños de 11 y 16 años, cinco en Hirak, una en Anjel y un hombre de 72 años en Naawa. Además hubo 25 heridos.
Además, un manifestante murió en Harasta y otro en Duma, en los suburbios de Damasco, según militantes, y otros seis murieron en Homs (centro), según un militante en el lugar.
Otros dos manifestantes heridos el jueves (uno en la periferia de Damasco y otro en Homs) fallecieron este viernes por las heridas sufridas.
Como es habitual desde el inicio de la revuelta, la agencia oficial Sana dio una versión completamente diferente y anunció que "hombres armados" habían atacado un puesto policial en Deraa, matando a un comisario e hiriendo a ocho uniformados. Además, dos policías murieron y ocho resultaron heridos cerca de Damasco y el sur, según Sana.
El rastrillaje masivo de los focos de protesta y las numerosas detenciones, contra los presuntos cabecillas de las manifestaciones, limitaron la importancia de las movilizaciones y el régimen permanece inflexible a los llamados para que cese la represión que dejó unos 2.000 muertos desde el 15 de marzo.
Sin embargo en Homs, una manifestación reunió, según los militantes opositores, a 20.000 personas, y otras de menor envergadura tuvieron lugar en Deir Ezor (este), Latakia y Banias (costa mediterránea), dos barrios de Damasco y varias localidades de sus suburbios, así como en los alrededores de Hama.
En la región de mayoría kurda del noreste de Siria, cerca de diez mil personas desfilaron en Qamichli y Amuda, según un militante opositor allí presente.
Es imposible confirmar estas informaciones con una fuente independiente, ya que las autoridades limitan los movimientos de la prensa.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, indicó que existen "evidencias creíbles y verificadas" de abusos del régimen sirio a los derechos humanos, como asesinatos y torturas contra opositores y pidió que el Consejo de Seguridad recurriera a la justicia internacional.
Para coordinarse con mejor eficacia, poco antes de iniciarse las manifestaciones 44 grupos y comités que impulsan desde hace cinco meses la movilización contra el régimen anunciaron la formación de una coalición opositora para "unificar la acción de los revolucionarios en el plano político, mediático y sobre el terreno para lograr la caída del régimen y sus instituciones represivas".
El departamento de Estado estadounidense juzgó que la oposición se reforzó que está más "unida" que al principio de las protestas.
En Damasco, la prensa oficial criticó a Estados Unidos, que el jueves pidió lisa y llanamente, por primera vez, la partida de Assad.
"Podemos preguntarnos si la administración estadounidense, que perdió toda legitimidad popular en su país, se convirtió en fuente de legitimidad en Siria para hablar en nombre del pueblo sirio e intervenir en sus asuntos", escribió el periódico Techrine.
En Bruselas, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, anunció el viernes la inclusión de 20 nuevos nombres en la lista de personas y empresas sirias afectadas por una congelación de bienes y una prohibición de visado, y la preparación de propuestas para embargar las importaciones de petróleo sirio y la suspensión de la asistencia técnica del Banco Europeo de Inversiones a ese país.
Europa compra el 95% del petróleo exportado por Siria, lo que representa para ese país un tercio de sus ingresos.
Además, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Portugal anunciaron que intentarían lograr una resolución de la ONU para imponer sanciones al régimen sirio. España se sumó este viernes a esa propuesta.