MADRID.- El Papa Benedicto XVI ofició el sábado una misa para seminaristas en su tercer día de visita a la capital de España por la Jornada Mundial de la Juventud, y les pidió "madurez para los retos a los que deberán enfrentarse", entre ellos el del celibato.
España cuenta en la actualidad con algo más de 2.200 seminaristas, un 3 por ciento menos que el año anterior, según datos de medios locales, una tendencia a la baja que confirma la crisis de vocación que vive la Iglesia Católica.
"Nosotros debemos ser santos para no crear una contradicción entre el signo que somos y la realidad que queremos significar", dijo el Papa, quien ofreció la misa para unos 4.500 seminaristas en la Catedral de la Almudena en Madrid.
"Su corazón debe madurar durante el seminario, estando totalmente a disposición del maestro", señaló.
Tras la presentación a seminaristas, una fuerte tormenta de verano interrumpió una vigilia de oración dirigida por el Papa, impidiéndole pronunciar un discurso a los cientos de miles de jóvenes que abarrotaban el aeródromo de Cuatro Vientos, en las afueras de Madrid.
A pesar de protegerlo con un gran paraguas blanco, el agua y el viento obligaron finalmente a los organizadores del acto recomendar a Benedicto abandonar su discurso tras pronunciar solo unas pocas palabras de bienvenida a los peregrinos.
"Se desató una gran tormenta y las autoridades detuvieron el programa y fue imposible para el Papa seguir luchando contra los elementos", mencionó un testigo.
"Pero sorprendentemente la gente no perdió la calma y se quedó donde estaba, y muchos saludaron la refrescante pausa del tiempo tras soportar un intenso calor por la tarde. Además no había ningún sitio donde refugiarse en esta inmensa explanada abierta", agregó.
En un discurso preparado difundido el sábado por el Vaticano, Benedicto escribió que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer y pidió respeto para la vida, en una crítica a la legislación de España del matrimonio homosexual y del aborto.
"Nuestra fe es mayor que la lluvia, el señor con la lluvia os manda muchas bendiciones", improvisó Benedicto XVI al inicio de su discurso finalmente suspendido.
En el centro de Madrid, activistas gays celebraron una manifestación en defensa de las uniones de las parejas del mismo sexo, en la última de una serie de protestas en contra de la visita papal.
El pontífice había preparado su discurso para la cientos de miles de jóvenes que abarrotaban -según medios había más de un millón y medio de personas- el aeródromo para una vigilia de oración de toda la noche que culminará el domingo con una misa con la que se pondrá fin a la XXVI Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia católica.
Cientos de peregrinos tuvieron que ser tratados durante todo el día por golpes de calor a causa de las altas temperaturas cercanas a los 40 grados, dijo el Samur, el servicio de emergencias de Madrid.
Ocho camiones de bomberos rociaron agua a una animada multitud en el aeródromo, mientras los jóvenes cantaban y hacían ondear banderas de muchos de los aproximadamente 190 países representados en el acto.