MADRID.- Benedicto XVI clausuró el domingo la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid con una multitudinaria eucaristía en la que recordó a los peregrinos que no se puede seguir a Jesús fuera de la Iglesia y anunció el regreso a Sudamérica, concretamente a Brasil para el 2013, de esta gran reunión de jóvenes católicos del mundo.
Tras la tormenta que arruinó gran parte de la vigilia del día anterior y que dejó siete heridos, el sol volvió a lucir con fuerza en el aeródromo de Cuatro Vientos, a las afueras de Madrid, y los fieles, más de un millón según los organizadores, aclamaron al pontífice a su llegada en el papamóvil para oficiar la misa que puso punto final a su visita de cuatro días al país ibérico.
En la homilía, el Papa hizo una defensa de la Iglesia como parte indivisible de la fe en Cristo y advirtió que no se puede seguir a Jesús en solitario.
"No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo", dijo el Papa.
"Tener fe es apoyarse en la fe de tus hermanos y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido que améis a la Iglesia", agregó.
Al término de la misa, Benedicto XVI anunció que Río de Janeiro tomará el relevo de Madrid en el 2013, un año antes de lo previsto para evitar que coincida con el Mundial de fútbol Brasil 2014.
Será la segunda vez en 27 ediciones que este evento se celebra en el continente latinoamericano, que concentra al mayor número de católicos del mundo. La anterior Jornada en tierras sudamericanas tuvo lugar en Buenos Aires, Argentina, en 1987.
"Pidamos al señor que asista desde este instante con su fuerza que allane el camino a los jóvenes de todo el mundo para que vuelvan a reunirse nuevamente con el Papa en esa bella ciudad brasileña", señaló el Pontífice.
Simbólicamente, un grupo de brasileños recogió la cruz de las Jornadas, un regalo de Juan Pablo II a los jóvenes.
"La Jornada en Brasil puede aportar gran visibilidad social", indicó feliz Rogerio Moreira, un brasileño de 35 años. "Es una oportunidad para todos los pueblos latinoamericanos de vivir el catolicismo con el Papa y de conocer otros pueblos", añadió.
"Estoy ansiosa, feliz y agradecida de recibir a todos los jóvenes del mundo en nuestro país. Si aquí hay dos millones de jóvenes, espero que allí vayan todavía más y lo disfruten", agregó Larissa Craveiro, de 29 años.
A pesar del aguacero del viernes, la mayoría de jóvenes durmió en la enorme explanada de Cuatro Vientos, una superficie equivalente a 50 campos de fútbol y sin refugios de sombra.
Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, también asistieron a la ceremonia de clausura de las jornadas.
Antes de regresar a Roma, el Papa tiene previsto reunirse con los 30.000 voluntarios que han colaborado en el evento.
En la tercera visita del Papa a España, que convierte al país ibérico en el más visitado en sus seis años de pontificado, Benedicto XVI ha incidido en alguno de sus mensajes clave en contra del relativismo moral y en recuperar las raíces cristianas de Europa.