Los rebeldes improvisan su arsenal con lo que encuentran, como este lanzacohetes montado sobre una camioneta.
ReutersTRÍPOLI.- En la medianoche del viernes expiró el ultimátum emitido por los rebeldes libios para que las fuerzas del depuesto líder Muamar al Jaddafi se entreguen pacíficamente en los últimos enclaves que aún controlan.
Sin embargo, durante las primeras horas del sábado no había ningún indicio de que los seguidores del acosado líder fueran a deponer las armas.
Tampoco ha sido hallado el paradero del perseguido gobernante, quien ha lanzado varios mensajes desafiantes en los últimos días.
Asedio prolongado
Horas antes del fin del plazo impuesto, las fuerzas rebeldes se enfrentaron a las tropas de Jaddafi en Bani Walid, enclave del régimen 150 kilómetros al sur de la capital, Trípoli, después de asediar la ciudad durante más de una semana.
Además de Bani Walid, otras tres ciudades se encuentran en manos de combatientes leales a Gadafi son Sirte -lugar natal de Jaddafi-, Yufra y Sebha.
Los opositores cuentan ahora con artillería, armamento pesado que se une a las ametralladoras antiaéreas montadas de cualquier manera en vehículos todoterreno.
El improvisado arsenal de los rebeldes también cuenta con artefactos tan peligrosos como lanzacohetes de calibre 57 mm, del tipo utilizado por aeronaves, los que son adosados precariamente sobre camionetas civiles.