LA HABANA.- La policía cubana acordonó el entorno de un templo protestante en La Habana, donde un pastor y medio centenar de personas se mantienen encerrados, en retiro espiritual según dijeron algunos feligreses.
El templo de la Iglesia Pentecostal Asamblea de Dios, ubicada en la céntrica calle Infanta, está acordonado desde la tarde del viernes por decenas de policías de uniforme y de civil, que impiden el tránsito de vehículos y peatonal por la zona.
Según diferentes fuentes, el pastor Braulio Herrera (unos 50 años), que vive en los altos del templo, se mantiene dentro desde hace varios días con medio centenar de personas, entre ellos niños y jóvenes, que acompañan a sus padres.
"Estamos aquí en un retiro espiritual, de los que realizamos dos o tres veces al año, pero algunas personas han tergiversado nuestro propósito y han formado problemas, por lo cual la policía intercedió para preservar el orden", dijo telefónicamente William Herrera, de 26 años, hijo del pastor y quien está dentro del templo.
Herrera agregó que todos están "voluntariamente, cantando y orando", y que "no existe ninguna motivación política" en el acto.
Negó que hayan recibido negociadores, pues "no hay nada que negociar".
El incidente, según testigos presenciales, se produjo cuando otros familiares de los menores exigieron la salida de los niños, que se han ausentado a sus escuelas y actividades cotidianas.
Una mujer creyente que asistía al templo y quien prefirió guardar anonimato, dijo que el pastor es "esquizofrénico" y "tiene encerrados a esa gente ahí, voluntariamente".
Señaló que el retiro comenzó el 21 de agosto pasado, después de que las autoridades pentecostales retiraron las credenciales pastorales a Herrera, quien se niega a abandonar el templo.
"El no es político, ni disidente, ni nada de eso, hasta el gobierno le ofreció una casa y la rechazó", agregó.
William Herrera dijo, por su parte, que "los problemas con la Iglesia fueron hace tiempo, y fueron superados, ahora no hay ningún problema".
Varios centenares de curiosos merodean por el lugar extrañados por el inusual despliegue policial, que trastorna el tránsito en una importante zona del centro de la ciudad.
Las autoridades pentecostales, según algunas fuentes extraoficiales, pidieron desalojar el templo.