TOKIO.- Los habitantes del noreste de Japón recordaron hoy a las víctimas del terremoto y posterior tsunami que devastó el país hace seis meses, el pasado 11 de marzo.
Según los últimos datos de la policía, el sismo de magnitud 9 en la escala de Richter provocó la muerte de 15.781 personas, mientras otras 4.086 aún siguen desaparecidas.
El gobierno estima además daños económicos por 16,9 billones de yenes (217.700 millones de dólares).
Hay además 82.000 evacuados, de los cuales 6.800 aún viven en refugios improvisados en colegios o centros comunitarios.
La mayor parte de las viviendas temporales previstas ya se han construido. Pero desde la prefectura de Miyagi se quejan por ejemplo de que el gobierno aún no haya decidido si deben reconstruirse o no las viviendas de las ciudades costeras, las más dañadas durante el terremoto.
Sobre el país sigue extendiéndose además la sombra de la central nuclear de Fukushima, que resultó dañada durante el tsunami y filtró material nuclear, lo que provocó la evacuación de miles de personas más.
Tanto la empresa operadora, Tepco, como el gobierno, fueron muy criticados por su falta de transparencia en la gestión del accidente nuclear.
Medio año después, Tepco sigue intentando controlar la situación por completo, algo que supuestamente podría lograr en enero.
Y tan sólo una semana después de que el nuevo gobierno japonés asumiera el poder, el ministro de Industria, Yoshio Hachiro, dimitió el sábado después de calificar de "ciudad de muerte" la zona que rodea la planta de Fukushima.
Entretanto, según una encuesta publicada por la agencia de noticias Kyodo, casi la mitad de los gobiernos locales nipones se oponen a la construcción de nuevas plantas nucleares.
El 27 por ciento de los mandatarios municipales estaría incluso a favor de abolir las ya existentes.
El 88 por ciento de los encuestados criticó además las medidas adoptadas por el gobierno para luchar contra la fuga radiactiva de Fukushima.