SANAA.- El presidente yemenita Alí Abdalá Saleh regresó el viernes a Sanaa tras una estadía de más de tres meses en Arabia Saudita, en momentos en que violentos combates opusieron en los últimos días a opositores y partidarios suyos en la capital, anunció la televisión estatal.
Saleh, contra quien se realizan manifestaciones desde enero, fue hospitalizado el 4 de junio en Riad tras ser herido la víspera en un ataque contra el palacio presidencial.
En los últimos cinco días, los violentos enfrentamientos tribales en este país de la Península Arábiga han causado al menos un centenar de muertos.
El regreso del Mandatario eleva el riesgo de una guerra civil en el volátil país, según advierten analistas. La violencia en la capital ha ido creciendo esta semana a medida que los soldados leales se enfrentaban con las fuerzas que apoyan el masivo movimiento de protesta contra Saleh.
"Definitivamente vamos a tener una escalada de la violencia, pero dejémosle que vuelva", afirmó este jueves Mohammed al-Asl, organizador de las protestas. "Queremos que vuelva y que sea juzgado por sus crímenes", añadió.
La televisión estatal yemení informó así de su regreso: "Ali Abdullah Saleh, presidente de la república, volvió esta mañana a la nación sano y salvo tras haber sido tratado en Riad durante más de tres meses".
En los minutos posteriores al anuncio, intensos sonidos de disparos y explosiones pudieron escucharse en la capital. También había fuegos artificiales.
Se espera que los manifestantes llenen las calles de la capital durante las oraciones del viernes, en demanda del fin de los 33 años en el poder del actual gobernante.
Ecos de la "Primavera árabe"
Hasta ahora, el Ejército y la Guardia Republicana siguen leales a Saleh, pero grupos de militares desertores encabezados por el general disidente Alí Mohsen al-Ahmar, apoyados por civiles armados, los enfrentan en distintos puntos de la capital.
Los enfrentamientos se agudizaron luego de que las ondas expansivas de la llamada "Primavera árabe" se presentaron en Yemen, materializadas en protestas contra la corrupción que los opositores atribuyen al régimen de Sanaa.
El conflicto se complicó al abarcar las profundas diferencias tribales que existen en ese país, complicadas con la posible presencia de militantes de Al Qaida.