Un campo de arroz cerca de Fukushima, captado al cumplirse exactamente seis meses de la tragedia. Ahora el cesio radiactivo es un disuasivo más efectivo que el espantapájaros para consumirlo.
ReutersTOKIO.- Las autoridades japoneses encontraron por primera vez niveles excesivos de cesio radiactivo en una muestra de arroz de Fukushima en un análisis preliminar, informó hoy el diario Mainichi Shimbun.
El ministerio de Agricultura ha detectado en la localidad de Nihonmatsu (provincia de Fukushima) plantas de arroz aún sin recolectar con un nivel de cesio radiactivo de 500 becquerel por kilogramo, por encima del límite de 200 becquerel establecido por el Gobierno japonés.
De acuerdo con el diario Mainichi, el ministerio elevará los controles en Nihonmatsu desde los 38 puntos actuales a 300 para evitar que arroz contaminado llegue al mercado.
Aunque los resultados son preliminares, si el dato se confirma supondría un serio revés para los agricultores de la zona, afectada por el accidente nuclear de la planta de Fukushima Daiichi, ya que desembocaría en la suspensión de la comercialización del arroz.
Estrictos controles
Tras el accidente nuclear más grave desde Chernóbil, provocado por el potente terremoto del 11 de marzo en el noreste japonés, el Gobierno nipón ha impuesto estrictos controles en las plantaciones de arroz de Fukushima.
Las autoridades primero analizan las plantas antes de ser recolectadas y posteriormente el arroz antes de ser comercializado y hasta el momento no se habían hallado partidas con niveles excesivos de radiactividad.
Si en los posteriores análisis en Nihonmatsu, a unos 55 kilómetros de la maltrecha planta nuclear, se confirman los altos niveles de cesio la comercialización del arroz en la zona quedará suspendida, según los estándares fijados por el Gobierno.
Desde finales de agosto, las primeras partidas de arroz que se ha confirmado seguro han comenzado a llegar a los supermercados de Japón.
Los agricultores, ganaderos y pescadores de la provincia de Fukushima se han visto seriamente afectados por los problemas de materiales radiactivos acumulados en verduras, carne o en la aguas cercanas a la central nuclear desde que comenzó la crisis en marzo.