ROMA.- La Fiscalía de Bari podrá abrir una investigación contra el Presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, por inducción al falso testimonio al empresario Giampaolo Tarantini, el encargado de conseguir las chicas para sus fiestas.
Esto es posible, después de que un tribunal de Nápoles modificase hoy el delito del supuesto "chantaje" que sufrió el Primer Ministro, que hasta ahora estaban investigando los fiscales, por el de "inducción a no declarar o a dar falso testimonio".
Por otra parte, el tribunal decidió que la fiscalía competente para continuar las pesquisas era la de Bari (sur de Italia).
Asimismo, la instancia ordenó la liberación de Tarantini y de su mujer, encarcelados desde el pasado 16 de septiembre, y confirmó la orden de detención del Walter Lavitola, considerado un intermediario del empresario y Berlusconi, y que se encuentra en paradero desconocido.
Por ello, el próximo paso es la posibilidad de que la fiscalía de Bari pueda abrir una investigación contra el presidente del Gobierno italiano que hasta ahora estaba considerado solo "parte ofendida" y se le había llamado a declarar, aunque el mandatario nunca acudió.
En su investigación, la fiscalía de Nápoles sostenía que el Premier italiano pudo inducir a Tarantini a afirmar en sus declaraciones oficiales que el mandatario desconocía que las chicas que él reclutaba para sus fiestas privadas eran prostitutas.
Asimismo, los fiscales sostienen que el primer ministro pudo inducir a Tarantini a mentir también sobre la naturaleza del dinero que recibió de éste (un pago de 500.000 euros y una renta mensual de 20.000 euros) como parte de la supuesta extorsión y que Berlusconi siempre ha mantenido que era una ayuda a una familia en apuros.
Tarantini, que al estallar en 2009 el escándalo de las fiestas privadas de Berlusconi fue señalado como el encargado de reunir a las chicas que frecuentaban esos encuentros, ha asegurado siempre que pidió 500.000 euros a Berlusconi para iniciar un negocio, mientras que la renta mensual era para satisfacer sus "exigencias de vida", ya que tiene a su cargo a un gran número de personas.
Sin embargo, los fiscales sostienen que el dinero pudo servir para "convencer" al empresario de que pactara la condena en un caso en el que estaba imputado y evitar que salieran a la luz escuchas telefónicas con detalles comprometedores sobre las fiestas de Berlusconi en un juicio oral.