Damasco/Estambul.- Un total de 41 civiles y un militar desertor fueron asesinados en la localidad siria de Al Rastan por tropas y milicianos leales al régimen, mientras que en Damasco, leales del Presidente Bashar al Assad atacaron al embajador de Estados Unidos.
Según la información de los opositores, los miembros de las milicias del presidente Shabiha saquearon además tiendas en Al Rastan, en la provincia de Homs, donde el miércoles se reportaron combates entre tropas gubernamentales y un grupo de desertores.
Las informaciones no pudieron ser contrastadas debido al bloqueo a los medios impuesto por el régimen de Bashar al-Assad.
Por otro lado, leales al Mandatario sirio atacaron con piedras y tomates el automóvil del embajador de Estados Unidos en Damasco, Robert Ford, cuando éste se disponía a subirse al vehículo después de reunirse con un político opositor en la capital.
Según algunos testigos, más de un centenar de personas se reunieron ante el edificio en el que Ford se reunió con Hassan Abdul Azim. Este último relató cómo los manifestantes golpearon la puerta y proclamaron eslóganes antiestadounidenses. "El pueblo quiere la expulsión del embajador", gritaron.
Las fuerzas de seguridad sirias disolvieron finalmente el tumulto y el diplomático no resultó herido, según informó la embajada norteamericana.
El sábado, el embajador francés, Eric Chevalier, sufrió también un ataque con huevos por parte de leales a Al-Assad. En este caso no está claro si el ataque espontáneo fue orquestado por las propias fuerzas de seguridad. Tanto Chevalier como Ford criticaron en los últimos meses la represión de los manifestantes por parte del gobierno.
Entretanto, en Nueva York los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU comenzaron a discutir un borrador de resolución sobre Siria que no contendrá sanciones contra el régimen, a petición de Rusia.
Según la organización Human Right Watch (HRW), la resolución supone una nueva oportunidad para proteger a los civiles. Por primera vez en siete meses se abre "una nueva oportunidad para actuar en defensa del pueblo sirio", explicó el director de HRW en la ONU, Philippe Bolopion.