QASR ABU HADI.- Los combates continuaban el lunes alrededor de Qasar Abu Hadi, la aldea natal del derrocado líder de Libia Moammar Jaddafi cercano a Sirte, donde las fuerzas del nuevo régimen buscan una victoria simbólica para erradicar la herencia del "guía" prófugo.
En Sirte, un bastión de los hombres leales a Jaddafi sobre la costa, también se reanudaron los combates, obligando al convoy de la Cruz Roja que trataba de llevar suministros a los habitantes sitiados a dar pie atrás.
La aldea de Qasr Abu Hadi, donde Jaddafi aparentemente nació en 1942 bajo una tienda beduina, está a unos 20 kilómetros al sudeste de Sirte.
Desde hace una semana es objeto de combates encarnizados, y a veces incluso de ataques de la OTAN.
"Aproximadamente 75% de Qasr Abu Hadi está bajo nuestro control. Tuvimos tres días de combates intensos. Ellos nos atacan con cohetes Grad, ametralladoras y tiradores emboscados", declaró Mufba Raslan, un comandante de las fuerzas del Consejo Nacional de Transición (CNT).
"Uno de nuestros principales problemas es que muchos civiles tienen armas. Nosotros tratamos de conseguirlas. Algunos habitantes nos entregan sus armas, pero muchos las han guardado", agregó.
"Hace una semana que no puedo dormir de noche. Hubo muchos combates. Ya no tenemos agua, ni medicamentos, ni electricidad", señaló un habitante, Saadi Mohamed, criador de ovejas.
"Muchos habitantes escaparon. Algunos murieron. Otros se quedaron", agregó.
"Estamos atrapados entre dos fuegos", explicó un hombre con la vestimenta tradicional que se negó a dar su nombre, ante la gran mansión a pocos kilómetros de la aldea, asegurando que 30 familias habían logrado refugiarse allí.
"Los hombres de Jaddafi se esconden en nuestras granjas, y los insurgentes (leales al CNT) disparan obuses desde el otro lado. Hace dos días, cinco miembros de una familia murieron cuando un cohete cayó en su casa, cerca de la mía. No sabemos quién disparó ese cohetes", agregó.
En una casa, combatientes partidarios del CNT se apoderaron de decenas de cajas de lanza-cohetes y fusiles, explicando que se trataba de uno de los numerosos escondites de armas del anterior régimen.
Más al norte, la Cruz Roja recibió la autorización de entrar a Sirte para entregar suministros a los civiles sitiados. Dos grandes camiones que llevaban la identificación de esta organización internacional partieron hacia la ciudad cargados con material médico, pañales y alimentos.
Sin embargo, un médico del principal hospital de campaña situado a 50 kilómetros al oeste de la ciudad declaró que le habían informado que la amplia ofensiva anunciada en Sirte tendrá lugar este lunes.
Mientras hablaba, el personal colocaba una nueva tienda de campaña de primeros auxilios para hacer frente a una eventual llegada de heridos.
"Nosotros no lanzamos ningún ataque, no hacíamos más que responder", explicó el comandante partidario del CNT, Usama Swehli Mutaua.
"Los hospitales están llenos de hombres armados, ellos también tienen salas operacionales en el interior porque saben que nosotros no atacamos a los hospitales. Pero ellos disparan desde los hospitales o las universidades, no respetan nada", denunció.