Fujimori debió ser hospitalizado tras caerse de la cama en su celda

LIMA.- El ex Presidente peruano Alberto Fujimori fue hospitalizado hoy tras caerse de la cama en la celda y perder el conocimiento, informó el jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), José Pérez Guadalupe, quien agregó que la salud del reo de 73 años ya se estabilizó y no hay peligro.

"Se le hizo una tomografía (y) ha salido todo bien. Le pusieron cuatro puntos en la oreja y está totalmente consciente. Me dijo que está bien", afirmó Pérez Guadalupe en declaraciones a medios locales.

Según la información, Fujimori, quien cumple 25 años de cárcel acusado de ser el autor mediato de 25 asesinatos y dos secuestros, quedó inconsciente durante unos minutos tras la caída.

"Parece que no se levantó adecuadamente la baranda de la cama clínica que tiene y se cayó. El problema fue que el cajón de su escritorio estaba abierto y a la hora de caer se golpeó la oreja y sangró", señaló el titular del INPE.

Como cada vez que sufre problemas de salud, Fujimori fue internado en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), centro médico donde se lleva su historial.

La ex candidata presidencial Keiko Fujimori y el parlamentario Kenji Fujimori, hijos del ex Mandatario, se trasladaron de inmediato al INEN para estar con su padre.

Fujimori, preso desde 2007, sufre diversos males, como heridas recurrentes en la cavidad bucal que eventualmente pueden convertirse en cáncer, hipertensión y depresión aguda, todo lo cual, según los médicos, puede ser atendido en prisión.

El presidente Ollanta Humala ha dejado desde el comienzo abierta la posibilidad de indultar a Fujimori por razones humanitarias si su salud se deteriora muy gravemente.

En un juicio histórico y con pocos precedentes para el caso de un Mandatario que llegó originalmente al poder por medios democráticos, el ex gobernante de derecha radical fue hallado culpable de asesinatos y secuestros cometidos por un grupo militar que actuaba al margen de la ley con aval de su gobierno.

Fujimori paga su condena en un cuartel policial donde, según sus críticos, tiene comodidades y privilegios de los que carecen los demás presos.