BEIJING.- El órgano nominal legislativo chino aprobó hoy su primera definición legal de terrorismo, después de décadas de acusar de este delito a los uigures independentistas del oeste del país, de mayoría musulmana, y más recientemente al Dalái Lama, premio Nobel de la Paz.
El Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, cuyos miembros son designados por el Partido Comunista de China (PCCh), dio hoy luz verde al borrador Decisiones sobre Cuestiones que Conciernen a la Labor Antiterrorista, al cierre de su sesión bimensual.
Las actuales leyes chinas daban poder administrativo al Gobierno para combatir el terrorismo, por lo que el borrador aprobado será el primer documento legal que define un marco para ese delito.
"La actual legislación carece de regulaciones específicas que definan el terrorismo, las organizaciones terroristas y los individuos terroristas", señaló Yang Huanning, viceministro de Seguridad Pública, citado por la agencia estatal de noticias Xinhua.
Esta falta de definición legal, según Yang, "afecta a la lucha antiterrorista y a la cooperación internacional" en esta materia.
El borrador, que todavía no se ha hecho público, define terrorismo como "actividades que usan violencia, sabotaje o amenazas para causar pánico social, intimidación o coerción de los órganos del Estado o de organizaciones internacionales, que provocan heridos o muertos entre un gran número de personas".
El párrafo, difundido por la agencia Xinhua, añade que estos actos pueden también provocar "grandes pérdidas financieras, daño de la propiedad pública y graves perjuicios sociales".
Los individuos que "inciten, patrocinen o asistan a este tipo de actividades serán considerados terroristas, así como los grupos que las organicen, planeen o implementen".
El borrador define a las organizaciones terroristas como "sindicatos del crimen creados para llevar a cabo estos actos".
La legislación estipula también que un organismo creado por el Ejército de Liberación Popular y otros burós estatales, como el Ministerio de Seguridad Pública, serán los responsables de la lucha antiterrorista y podrán congelar activos de estos grupos.
El profesor Li Wei, experto en antiterrorismo, opinó que la nueva ley está en línea con las tendencias internacionales de crear un marco legal en lugar de conferir poderes administrativos al Estado.
"El hacer la ley más clara, también frenará el creciente escepticismo entre los medios de prensa internacionales" ante la definición que Pekín hace de terrorismo, agregó el profesor Li en el diario "South China Morning Post".
En 2003 y 2008, el Ministerio de Seguridad Pública difundió dos listas de terroristas y de organizaciones terroristas, en su mayoría grupos independentistas de los uigures musulmanes que habitan la región occidental de Xinjiang.
Tanto organizaciones de derechos humanos como expertos internacionales en terrorismo defienden que no existe la vinculación entre estos movimientos y grupos terroristas, como asegura Beijing.
En las últimas semanas, y a raíz de la cadena de inmolaciones que se han producido este año entre monjes budistas tibetanos en protesta por la represión de su cultura y religión, Pekín tachó también de terrorista al líder tibetano en el exilio, el Dalái Lama, por no condenar estos suicidios.
En estas dos regiones autónomas se han producido desde 2008 levantamientos contra el poder y los colonos chinos, a los que acusan de explotar sus recursos y de discriminarlos, que dejaron centenares de muertos en los conflictos étnicos que China volvió a atribuir a influencias externas y a grupos terroristas.
Aunque Beijing consiguió incluir a algunos grupos uigures en la lista de terroristas internacionales tras los atentados del 11 de Septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, Washington los ha eliminado de sus controles y liberado a los pocos uigures que permanecían en su base de Guantánamo.