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Guatemala y Nicaragua celebran elecciones presidenciales este domingo

Mientras el actual Presidente nicaragüense Daniel Ortega busca la reelección, los guatemaltecos se definirán por uno de los dos candidatos de la derecha. En ambos países ya comenzó la votación.

06 de Noviembre de 2011 | 11:46 | Agencias

MANAGUA.- Dos elecciones presidenciales se vivirán este domingo en Centroamérica, debido a los comicios que se realizarán tanto en Nicaragua como en Guatemala, las cuales convocarán a más de diez millones de personas a las urnas.


Mientras en Nicaragua la opción de izquierda encabezada por el actual presidente Daniel Ortega se encamina a su reelección, en Guatemala es inminente el giro a la derecha, debido al favoritismo de Otto Pérez, un general que promete "mano dura" contra la violencia que azota al país.


En ambos países las mesas receptoras de votos se abrieron a las 10 de la mañana, por lo que los electores ya están acudiendo con tranquilidad a emitir sus votos. 


En Nicaragua, además de elegir un nuevo mandatario los ciudadanos escogerán a sus nuevos representantes para el Congreso, proceso que ha sido manchado por denuncias de ilegalidades y anomalías.


Unos 3,4 millones de nicaragüenses están llamados a acudir a las mesas de votación, para elegir un gobierno por los próximos cinco años, 90 diputados y 20 miembros del parlamento centroamericano.


Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FLSN) que gobernó en los años 80 y volvió al poder en 2007, ganaría cómodamente pues la ley exige un 40% de votos válidos o sumar un mínimo de 35% con cinco puntos sobre su más cercano adversario.


El mandatario, que el viernes cumple 66 años, va a las urnas con un 48% del apoyo electoral, 18 puntos por encima del empresario radial Fabio Gadea, del Partido Liberal Independiente (PLI), y muy por delante del ex presidente Arnoldo Alemán, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), con 11%, según la última encuesta.


Al mando del segundo país más pobre de América -después de Haití-, Ortega, aliado del presidente venezolano Hugo Chávez, ganó el respaldo de amplios sectores humildes que se beneficiaron con planes de asistencia financiados con la cooperación de Caracas, de 500 millones de dólares anuales.


La pobreza, que agobia a casi la mitad de los 5,8 millones de habitantes, y el subempleo (53%), son las principales preocupaciones de los nicaragüenses, muchos de los cuales no reparan en ilegalidades constitucionales. A diferencia de su gobierno de los 80, marcados por la confiscación de  propiedades, la hiperinflación y el conflicto con Estados Unidos que financió la guerra de los "contra", Ortega logró estos cinco años estabilizar la  economía (creció 4,5% en 2010), tuvo buenas relaciones con los organismos financieros, con los grandes empresarios y no se peleó con Washington.


Por el fin de la violencia 


Guatemala, agobiada por el crimen organizado y tasas de homicidios superiores a las de zonas en guerra, elige presidente entre un general que promete "mano dura" y un empresario que quiere aplicar la pena de muerte.

Otto Pérez, un militar especializado en contrainsurgencia y fundador del Partido Patriota es el favorito, según los sondeos, que le otorgan 58% en la intención de voto, 17 puntos arriba de Manuel Baldizón, fundador del partido  Libertad Democrática Renovada (Líder).

Aunque la deuda social de Guatemala es gigantesca -50% de población en la pobreza, 15% de desnutridos entre ellos 1,3 millones de niños menores de cinco años- la campaña estuvo hegemonizada por la inseguridad en un país con 48 homicidios cada 100.000 habitantes, seis veces más que la media mundial.

Pérez se alzó al tope de la intención de voto gracias a un mensaje primario ("mano dura") y una millonaria campaña publicitaria de este militar de hablar cortante, hábito adquirido en 34 años de vida cuartelera coincidentes con la guerra civil que dejó 200.000 muertos.

Baldizón sedujo votantes con sus promesas de aplicar la pena de muerte, acompañadas de un rosario de medidas populistas que ni la izquierda se animó a soñar, como el pago de un decimoquinto salario anual a los trabajadores o clasificar a la selección a un mundial de fútbol.

Una victoria de Pérez marcará el retorno de un militar al poder después de 25 años de gobiernos civiles, mientras que si gana Baldizón se convertirá en el  gobernante más joven en la historia de esta nación con 41 años, contra los 61 de su rival.

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