OHIO.- El estado norteamericano de Ohio ejecutó este martes a Reginald Brooks (66), quien mató a sus tres hijos en 1982 en momentos en que dormían y asólo días de que su esposa le solicitara el divorcio.
Tras una postergación de casi seis meses sobre el uso de la pena capital, los tribunales estatales y federales rechazaron los argumentos de su abogado, quien señalaba que el imputado no era mentalmente competente y que el Gobierno ocultó pruebas relevantes que podrían haber afectado el caso.
De hecho, el jurista sostuvo que Brooks era paranoico esquizofrénico y sufría dolencias mentales antes de disparar en la cabeza a sus hijos de 11, 15 y 17 años cuando dormían en su casa de Cleveland.
La fiscalía reconoció que Brooks podría sufrir trastornos, pero refutó la noción de que ésa fuera la causa de los crímenes o le hiciera incompetente para ser juzgado.
El Ministerio Público añadió que el "ejecutado planeó los homicidios", compró un revólver dos semanas antes, se cercioró de que estaría solo en casa, los atacó cuando no podían resistir y huyó en un bus con una maleta.