MADRID.- El conservador Partido Popular (PP) obtuvo hoy una victoria arrolladora en las elecciones generales españolas, en las que los socialistas del PSOE se hundieron en su peor resultado desde la democracia.
Con el 70% de los votos escrutados, el PP de Mariano Rajoy logra 187 escaños en el parlamento español, mientras que el PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la presidencia de Gobierno, se queda en sólo 111 diputados.
Estos resultados significan una disminución en 58 representantes en el Parlamento para el PSOE y un aumento de 33 para el PP.
Los resultados parciales de estas elecciones marcadas por la crisis económica indican que el futuro Parlamento estará mucho más fragmentado que el actual, muy marcado por el bipartidismo del PP y el PSOE.
El hundimiento de los socialistas ha sido aprovechado por la formación Izquierda Unida, que experimenta un espectacular crecimiento, al pasar de sólo dos diputados en las elecciones de 2008 a 11, según los resultados parciales.
También es muy significativa la fuerte irrupción de la izquierda independentista vasca, que de la mano de la coalición Amaiur, consigue entrar en el Congreso con grupo parlamentario propio (unos 7 escaños).
El regreso de la izquierda “abertzale” vasca a Madrid se produce después de quince años de ausencia, desde que, en las elecciones de 1996, bajo las siglas de Herri Batasuna, consiguiera dos diputados, uno de ellos actualmente prófugo de la justicia y otro en prisión por relación con el terrorismo.
En estas elecciones, en las que ha habido una participación del 70%, una decena de partidos minoritarios consiguen representación parlamentaria, entre ellos, además de IU y Amaiur, los nacionalistas catalanes de CiU, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), y Unión Progreso y Democracia (UPyD) formado por la ex dirigente socialista Rosa Díez.
A medida que se conocían los resultados del recuento, numerosos simpatizantes del PP se congregaron en la sede madrileña del partido, para celebrar la victoria electoral.
Los militantes y simpatizantes bailaban al son de la música que ponía la organización, mientras ondeaban banderas esperando la salida de su líder, Mariano Rajoy.
Muy distinto es el ambiente ante la sede del PSOE, donde la tristeza es palpable ante la estrepitosa derrota de los socialistas.