BANGKOK.- Mientras las aguas comienzan a descender en los barrios de Bangkok afectados por las
enormes inundaciones que se desencadenaron sobre Tailandia en los últimos meses, la capital comenzó a descubrir la presencia de nuevos "habitantes" transportados por la crecida.
Se trata de cocodrilos y serpientes que se encuentran entre las más venenosas del mundo, las que ahora pasean en las calles y viviendas.
La amenaza es enfrentada por equipos especiales del Departamento de Pesca de Tailandia, que ha concurrido a numerosos lugares tras reportes de la presencia de animales peligrosos.
Uno de ellos fue el cocodrilo de casi un metro de largo descubierto por Anchalee Wannawet fuera del lugar donde trabaja. Cuando lo vio, el reptil lucía sus mandíbulas abiertas.
"Corrí lo más rápido que pude", describe la mujer de 23 años, mientras señala hacia el verdadero pantano que existe hoy tras las dependencias en las que labora, en el distrito de Sai Mai, al norte de la ciudad.
"No me he atrevido a ir al baño después de eso", reconoce.
Tailandia cuenta con una extensa fauna y también es desde hace muchos años uno de los principales centros mundiales del tráfico de especies exóticas, en especial cocodrilos, los que incluso son criados en granjas legales e ilegales.
Las lluvias de este año también anegaron a varias de las cerca de 3.000 granjas de reptiles que se estima existen en el país, liberando a los animales.
Las autoridades estiman que el pánico por los descubrimientos ha multiplicado las denuncias de avistamientos.
"Recibimos muchos reportes, pero sólo entre 5 y 10% de ellos son reales", explica Praphan Lipayakun, un oficial del Departamento de Pesca.
No sólo los reptiles han sido arrastrados por el agua. Un equipo de veterinarios ha rescatado un número significativo de animales que van desde ciervos a monos capuchinos e incluso tigres y leones, los que eran criados como mascotas en las mansiones de tailandeses ricos.