Moscú.- Las pruebas del nuevo misil intercontinental ruso Bulavá (Maza) programadas para el próximo mes de diciembre fueron aplazadas hasta mediados de 2012, informó hoy un representante de la industria rusa de defensa.
"La causa del aplazamiento son las condiciones desfavorables que presenta el hielo en el mar Blanco, desde donde se debían efectuar los lanzamientos", dijo la fuente en condiciones de anonimato a la agencia oficial rusa Itar-Tass.
Inicialmente estaba previsto que el próximo mes el submarino nuclear "uri Dolgoruki" lanzara desde posición de inmersión dos misiles Bulavá de manera consecutiva, en el primer lanzamiento de más de un cohete por prueba.
Desde el comienzo del programa de ensayos del Bulavá se han efectuado 17 lanzamientos, siete de ellos fallidos.
El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN) tiene un alcance de 8.000 kilómetros y formará parte del armamento de los submarinos nucleares rusos de última generación.
La Armada rusa tenía previsto efectuar el último ensayo en 2008 y comenzar la producción en serie de los Bulavá en 2009, pero los reiterados fracasos retrasaron el calendario de pruebas.
Rusia confía en que los Bulavá y los Tópol, estos últimos misiles intercontinentales de emplazamiento terrestre, le permitan mantener el equilibrio nuclear con Estados Unidos por lo menos durante el próximo medio siglo.
Según los militares rusos, estos cohetes son capaces de burlar todos los sistemas de defensa hasta ahora conocidos, incluido el escudo antimisiles estadounidense.
Los Bulavá, fabricados por el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (ITTM), pueden portar hasta diez ojivas nucleares de guiado individual que vuelan a velocidades supersónicas.
En el proyecto 955, código Borey, Rusia planea construir ocho submarinos similares a "Yuri Dolgoruki" con el exclusivo fin de que puedan transportar los Bulavá.