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Falleció en Estados Unidos la hija del dictador soviético José Stalin

Lana Peters, el nombre que eligió en su exilio Svetlana Aliluyeva, murió debido al cáncer de colon a los 85 años. Fue testigo de una de las épocas más oscuras en la historia de su país de nacimiento.

28 de Noviembre de 2011 | 18:25 | AP
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La hija de Stalin pasó sus últimos años en Wisconsin, Estados Unidos.

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MADISON.- La hija del dictador soviético José Stalin, Svetlana Aliluyeva -quien cambió su nombre a Lana Peters cuando se instaló en Estados Unidos- falleció a los 85 años en este país.

Peters murió por un cáncer de colon en Wisconsin, donde vivía. Se había hecho ciudadana estadounidense.

Su huida desde la extinta Unión Soviética en 1967, que fue motivada, según dijo entonces, por el maltrato aplicado por las autoridades comunistas a su tercer marido, Brijesh Singh, generó una enorme polémica internacional en medio de la guerra fría entre EE.UU. y la URSS.

Cuando llegó a Nueva York en 1967, tras pasar por India y Suiza, dijo que había llegado allí "para buscar la libertad de expresión que se me había negado desde hace tanto tiempo en Rusia".

La hija de Stalin publicó poco después sus memorias, tituladas "Veinte cartas a un amigo", que se convirtieron en un best seller mundial.

Peters, quien dejó atrás a dos hijos, regresó brevemente a su país de nacimiento en la década de 1980 y luego vovió a EE.UU., donde residió hasta su muerte.

Misteriosa muerte de su madre

Svetlana era hija de Nadezhda Aliluyeva, la segunda mujer de Stalin. Ella murió en 1932, cuando arreciaba la represión politica lanzada por su marido contra la dirigencia soviética. Aunque la causa oficial fue peritonitis, todavía se duda sobre la posibilidad de un suicidio u homicidio.

Tras el fallecimiento del dictador, su hija adoptó el apellido materno, y años después se bautizó en la fe ortodoxa. Más tarde, en el exilio, adoptó la fe católica.

Durante su permanencia en EE.UU, Peters-Aliluyeva reconoció en una entrevista que siempre sería "prisionera política del nombre de mi padre", a quien describía como "rústico y cruel". Sin embargo, reconoció que él la "amaba" como hija, y que buscaba convertirla "en una marxista bien educada".
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