SIDNEY.- Las autoridades de Nueva Zelandia organizaron una misión de rescate en la Antártica tras recibir hoy una llamada de socorro de un pesquero ruso con 32 tripulantes a bordo que encalló en el hielo en aguas antárticas.
El Sparta, de 55 metros de eslora (largo), sufrió una ruptura en el casco y comenzó a embarcar agua, aunque la emergencia pudo ser controlada por los tripulantes, según los armadores de la nave.
"La situación se está normalizando. El barco sigue a flote. La brecha ha sido taponada y el agua se está achicando. Su nivel está disminuyendo", aseguró el director general de la empresa armadora Antéi, Andréi Polomar.
La mitad de la tripulación, compuesta por 15 rusos, 16 indonesios y un ucraniano, abandonó la embarcación y espera el rescate en el hielo, mientras el resto lucha para evitar el naufragio.
Varias embarcaciones salieron en ayuda del Sparta, pero tardarían al menos cuatro días en llegar hasta el barco que se accidentó.
"Un barco noruego es el que está más cerca, pero no puede aproximarse por el hielo", informó Polomar, citado por la agencia rusa RIA Novosti.
La embarcación encalló 3.704 kilómetros al sureste de Nueva Zelandia, indicó el coordinador del rescate, Ramon Davis.
"Estamos contactando con otros barcos en la zona. Intentamos acelerar las tareas de rescate pero es posible que tengan que esperar bastante tiempo", dijo.
Una de las embarcaciones que salió en ayuda del Sparta es otro pesquero ruso, el Chiyo Maru No. 3, que se encuentra a 540 kilómetros pero no dispone de capacidad para romper el hielo.
Nueva Zelanda envió el buque rompehielos San Aspiring, capaz de cruzar la superficie helada, pero se encuentra a 850 kilómetros de distancia y tardará al menos cuatro días en contactar con el Sparta.
Según Davis, un tercer pesquero se encuentra a tan solo 34 kilómetros pero está inmovilizado por el hielo y el fuerte oleaje.También dijo que no hay helicópteros cerca del barco accidentado.
Un avión Hércules C-130 de la base antártica norteamericana de McMurdo sobrevoló la zona, sin poder rescatar a los pescadores.
"Hemos confirmado que la tripulación tiene trajes de inmersión y otros recursos que les permitirán sobrevivir si tienen que abandonar el barco", añadió Davis.
Mientras tanto, especialistas utilizan fotos obtenidas desde el aire para trazar una ruta a través de los hielos para las naves de rescate.
La preocupación ambiental también está presente, pues las 200 toneladas de combustible que la nave lleva a bordo podrían derramarse y provocar una catástrofe ambiental en esas aguas llenas de vida marina.