BAGDAD.- El Ministerio de Salud iraquí elevó a 57 el saldo de personas muertas como consecuencia de los atentados con bombas perpetrados este jueves en Bagdad, en medio de una crisis política creciente entre sunitas y chiítas.
El portavoz de la cartera, Ziad Tariq, quien poco antes había anunciado un saldo de 40 víctimas, elevó el número a 57 y añadió que se registraron 176 heridos en diez atentados en Bagdad, al tiempo que un funcionario del Ministerio del Interior mencionó que hubo 11 estallidos en la capital.
Perpetrados en una hora de intenso tráfico al inicio de la mañana, los atentados se produjeron en los barrios Bab al Muatham, Karrada y Allaui en el centro de la capital, en Adhamiyah, Shuala y Shaab (norte), en Jadriyah en el este y en Al Amil en el sur, precisaron los responsables.
Estos atentados son los primeros actos violentos que se producen en medio de una crisis que amenaza el equilibrio político del país y hace temer un regreso de la violencia confesional. El gobierno iraquí cumplió el miércoles su primer año en el poder, pocos días después de la retirada de las tropas de Estados Unidos.
En los últimos cinco días se emitió una orden de arresto contra el vicepresidente sunita Tarek al Hashemi, el jefe del gobierno pidió el cese del viceprimer ministro sunita, y el bloque parlamentario Iraqiya, apoyado por los sunitas, decidió boicotear la Asamblea y el gobierno.
Iraqiya, segundo mayor grupo parlamentario detrás de la coalición chiíta Alianza Nacional, denunció la "dictadura" del primer ministro Nuri al Maliki, un chiita.
Uno de sus miembros, el viceprimer ministro Saleh Mutlak, calificó a Nuri al Maliki de "dictador peor que Sadam Husein".
Maliki llamó a las autoridades de la región autónoma del Kurdistán (norte) a entregar a la justicia al vicepresidente Hashemi, y amenazó con sustituir a los ministros pertenecientes a Iraqiya si persisten en boicotear el gobierno de unión nacional.