EL CAIRO.- Los combates en la ciudad siria de Homs cesaron hoy tras la llegada de los observadores de la Liga Árabe al bastión opositor, según apuntaron fuentes de la resistencia contra el Presidente Bashar al-Assad.
En las primeras horas del día se escucharon fuertes combates en el barrio de Baba Amr, en los que murieron seis personas.
Pero poco antes de la visita de la misión de observadores, las tropas gubernamentales dejaron de atacar y retiraron 11 tanques blindados del lugar, según los activistas. La zona es escenario desde el lunes de fuertes combates en los que, según los activistas, perdieron la vida unas 60 personas.
La delegación, formada por 12 observadores, se reunió en primer lugar con el gobernador de la ciudad, Ghassan Abdelal, según informó la televisión estatal. Según los opositores, después se desplazaron a los barrios de Bab Amr e Inshaat, dos de los que más sufrieron la represión. Allí, miles de personas se congregaron para reclamar la caída del régimen de Al-Assad.
Un vídeo colgado en Internet muestra cómo un hombre sirio pide a uno de los observadores que diga ante la cámara lo que ha visto en la ciudad. El observador se niega, argumentando que sólo informará al director de la misión, y entonces el hombre le grita: "Hermano, somos ciudadanos desarmados que estamos muriendo. Esto no es una declaración para los medios, lo que estás viendo es la realidad".
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó además de que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una sentada organizada por "unos 30.000 opositores al régimen" en el barrio de Jaldiyeh, en Homs. Tres de los participantes habrían resultado heridos.
Tras su visita a Homs, los observadores tienen previsto desplazarse a Hama e Idlib. En esta última zona, fronteriza con Turquía, ha sido escenario en las últimas semanas de fuertes combates entre tropas de Al Assad y desertores. Aún no está claro cuanto se prolongará la estancia en Homs de los observadores.
La Liga Árabe y el régimen de Bashar al Assad llegaron a un acuerdo por el que se permite la entrada en el país de 150 diplomáticos y expertos árabes para verificar la retirada del Ejército de las calles del país y la puesta en libertad de los presos políticos. El objetivo es poner fin al derramamiento de sangre que se produce desde marzo pasado.
Según las cifras que maneja la ONU, desde el inicio de las protestas contra Al Assad, a mediados de marzo, han muerto más de 5.000 personas.