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SAN CLEMENTE.- Durante la mayor parte de sus 100 años de edad, Minka Disbrow trató de averiguar qué ocurrió con su preciosa bebé que entregó en adopción después de haber sido violada cuando era adolescente.
El cruel acto de violencia hizo nacer en Disbrow un amor duradero por la niña. Ella se quedó con una fotografía en blanco y negro de la bebé envuelta en sábanas y recostada dentro de un cesto.
Fue la última vez que vio a la niña hasta que el teléfono sonó en su apartamento de California en 2006, con la voz de un hombre de Alabama, Mark Lee, y una historia que ella sólo había soñado.
Tras la llamada, el encuentro se hizo realidad. La hija biológica de Disbrow, Ruth Lee, entonces de 77 años, la había rastreado cuando intentaba saber más de la historia clínica de su familia después de sufrir de problemas cardíacos.
Sorprendida de encontrarla después de tantos años, Lee y su hijo Brian Lee viajaron al sur de California para ver a Disbrow. Las familias han estado en contacto desde entonces, y Disbrow dice que fue como si nunca se hubieran separado, especialmente ahora que cumplió el siglo de vida.
Rechazo familiar
En un día de verano de 1928 mientras estaba de día de campo con otras amigas de su clase de costura, Disbrow y su amiga Elizabeth fueron atacadas por tres hombres cuando fueron a dar un paseo. Ambas fueron violentadas sexualmente.
"No sabíamos qué hacer. No sabíamos qué decir. Así que regresamos, nada se dijo", recordó Disbrow.
Los meses pasaron, y Disbrow, quien hasta entonces creía que los bebés eran traídos por la cigüeña, se enfrentó a la realidad sin saber lo que estaba sucediendo.
Su madre y padrastro la enviaron a un hogar luterano para menores embarazadas. A sus 17 años, dio a luz a una rubia bebé con un pronunciado hoyuelo en su mentón que fue nombrada Betty Jane.
En su corazón, Disbrow deseaba quedársela, pero su madre le dijo que no podría llevar a una bebé a la granja, así que tuvo que darla en adopción.
Desde entonces perdió su rastro hasta el día de la llamada, cuando se enteró que su hija se llamaba ahora Ruth Lee. Había sido criada por un pastor noruego y su esposa y posteriormente se casó y tuvo seis hijos. Uno de ellos es el académico y astronauta Mark Lee, veterano de cuatro viajes espaciales, fue quien cumplió otro viaje, ahora a través del tiempo, para reencontrar a su familia biológica.
