BRASILIA.- La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ordenó al sistema sanitario público y a las aseguradoras de salud del país que paguen el reemplazo de los implantes mamarios de la firma francesa PIP que presenten roturas, aún cuando la cirugía inicial se haya efectuado con fines estéticos.
Los temores sobre la seguridad de las prótesis mamarias de la ya inexistente compañía Poly Implant Prothese (PIP) se expandieron por el mundo en diciembre, debido a informes que indican que están fabricadas con silicona industrial en lugar de la de uso medicinal y que presentarían mayores tasas de rotura.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) indicó que Rousseff, la primera Mandataria mujer de Brasil, tomó la decisión ayer miércoles, revirtiendo la posición previa del Gobierno.
"El Gobierno entiende que la rotura de una prótesis requiere cirugía de reparación que puede ser realizada por el sistema nacional de salud, como cualquier cirugía reparadora, y, en caso de ser necesario, el implante será reemplazado", dijo el titular de Anvisa, Dirceu Barbano.
El sistema de salud de Brasil controlará a todas las mujeres con estos implantes para detectar cualquier signo de rotura, indicó Anvisa en su sitio de internet. Ante un indicio de filtración o rotura, el reemplazo será gratuito para las pacientes.
Más de 25.000 de las prótesis de PIP fabricadas en Francia fueron utilizadas en Brasil, un país obsesionado por la apariencia y con una industria gigante de cirugía plástica.
Unas 300.000 mujeres de todo el mundo han recibido implantes mamarios de PIP.
El Gobierno francés aconsejó en diciembre a todas las usuarias de su país que se retiren las prótesis de PIP debido al peligro de que puedan romperse y causar inflamación e irritación. Por el momento no hay evidencia de que impliquen mayor riesgo de cáncer de pecho.
Francia ofreció quitar los implantes gratuitamente a las cerca de 30.000 francesas que los portan, mientras que Gran Bretaña -donde una cantidad similar de mujeres está afectada- les recomendó contactar a sus cirujanos en caso de que exista una preocupación puntual.
El controlador sanitario brasileño Anvisa dijo que recolectó muestras de los implantes para realizar chequeos de laboratorio y que había decidido comenzar un registro de todas las prótesis mamarias en el país.
Funcionarios de salud de Estados Unidos planean desde hace tiempo construir un registro que permita tener rastreadas a las pacientes con implantes, una idea que está resurgiendo con más fuerza ante el temor global desatado por el caso de PIP.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés) ya había advertido sobre la seguridad de los implantes de PIP en el 2000, cuando inspeccionó la planta de la compañía en Francia.
Jean-Claude Mas, fundador y presidente ejecutivo de PIP, no ha sido visto o escuchado en público desde que se desató el escándalo. Su ex socio en Estados Unidos, el pionero de la industria de implantes Donald McGhan, tuvo problemas legales y actualmente está cumpliendo una condena de 10 años de prisión.