Israel quiere construir un ferrocarril que una el Mediterráneo con el mar Rojo

JERUSALÉN.- El gobierno israelí comenzó el domingo a estudiar un proyecto de ferrocarril que una el Mediterráneo al mar Rojo lo que ofrecería una ruta alternativa al Canal de Suez para el tráfico entre Europa y Asia.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicó que una línea ferroviaria de 350 km a través del desierto del Neguev dejaría al balneario de Eilat (en el mar Rojo) a dos horas de Tel Aviv.

"Junto a esta línea habría una vía reservada al transporte de mercaderías entre Asia y Europa", declaró a los miembros de su gobierno, precisando que también se estudia una extensión hacia el norte de Israel.

"Este proyecto despertó un gran interés entre las potencias emergentes, en especial China e India, y otras", agregó.

Netanyahu estimó que "este vínculo entre continentes es de una importancia estratégica tanto en el plano nacional como internacional", e indicó que su gobierno mantendrá al menos otra ronda de discusiones sobre el tema.

Según su página internet, el ministerio israelí de Transportes presentó diversas opciones para lanzar el proyecto, pero se privilegió el recurso a empresas chinas.

"La capacidad profesional de las empresas chinas en la construcción de ferrocarriles y de redes de transporte es una de las mejores del mundo", afirmó el ministro de Transporte, Yisrael Katz en la página del ministerio.

Según la misma fuente, Katz se reunió con su homólogo chino en Pekín en septiembre y ambos convinieron presentar un proyecto conjunto para la línea hacia Eilat.

Según responsables israelíes esta línea ferroviaria podría también ser utilizada para exportar gas israelí hacia India y quizás China.

Importantes yacimientos de gas, Tamar y Leviatán, fueron descubiertos en 2010 en el este del Mediterráneo y a 130 km del puerto de Haifa (norte de Israel), a 1.634 metros de profundidad.

Se trata del hallazgo de yacimientos de hidrocarburos más importante en el mundo en los últimos diez años, las reservas fueron estimadas en decenas de miles de millones de dólares capaces de garantizar a Israel una independencia energética durante varias décadas.