CIUDAD DEL CABO.- Aunque la homosexualidad sigue siendo una cuestión tabú para una buena parte de la población sudafricana, la Ciudad del Cabo se presenta como un modelo de tolerancia y busca esforzadamente hacerse un lugar permanente y destacado en el mapa del turismo gay.
"El mercado gay es verdaderamente un sector del mercado que queremos", explicó Skye Grove, portavoz de la oficina de Turismo de Ciudad del Cabo, para quien esa ciudad debería ser incluida entre los destinos privilegiados entre homosexuales como San Francisco, Miami, Sydney, Berlín o Amsterdam.
"El ingreso disponible de los homosexuales es generalmente más elevado que el de los heterosexuales" y están mucho menos afectados por la crisis mundial, que privó a Ciudad del Cabo de un cuarto de volumen anual de turismo, dijo Grove.
Del aproximadamente 1,5 millón que visitantes que llegan a Ciudad del Cabo cada año, 15% son homosexuales, según el personero.
¿Y qué les atrae tanto? "Es verdaderamente una cuestión de estilo de vida", opinó Grove. A eso hay que sumarle la belleza de la ciudad y sus alrededores, la tolerancia de sus habitantes, la "vida urbana vibrante", las playas, los viñedos o los buenos restaurantes.
Todo ello en un país que autoriza el casamiento homosexual, sin olvidar que la zona está en pleno verano cuando Europa y América del Norte tiritan de frío.
Por otra parte, el número de turistas y la importancia de la comunidad gay autóctona favorecen los encuentros, para aquellos que lo buscan.
Es posible encontrar a muchos de estos visitantes junto a la piscina del hotel The Glen, el establecimiento número uno en el mapa especial distribuido en el aeropuerto y que señala los lugares especiales para homosexuales. El hotel acaba de inaugurar una segunda piscina, un segundo jacuzzi y un segundo bar.
¿Qué buscan sus clientes? "Un poco de todo", afirmó el director del hotel, Chris Hattingh, aunque lo más importante es igual para todos: "mar, sexo y sol".
Están los que exponen sus cuerpos perfectos al borde de la piscina y los que desean visitar todos los museos de la zona. Y también los que deciden extender su visita explorando los alrededores, inclusive con un safari.
Ciudad del Cabo ofrece una amplia gama de hospedajes a sus turistas homosexuales (los que son más o menos exclusivamente gays, los más o menos naturistas, los que favorecen más o menos los encuentros), pero también guías especializados, fiestas, bares y restaurantes.
En las mesas de cabecera junto a las camas, los preservativos sustituyen a las copias del Nuevo Testamento que uno encuentra habitualmente en los hoteles sudafricanos.