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Santiago: Jueves 26 de diciembre del 2024 | Actualizado 18:02
RÍO DE JANEIRO.- Los policías militares de Bahía pusieron fin este sábado a una huelga de 12 días, que desató una fuerte ola de violencia, mientras que el paro en Río de Janeiro se sigue debilitando con la salida de la policía civil del movimiento.
Los hechos ocurren a pocos días de que empiece el popular Carnaval, que congrega a millones de personas cada año.
El movimiento se había debilitado tras el desalojo el jueves pasado de la Asamblea Legislativa del estado, tomada por unos 200 policías y varios líderes del movimiento. En la asamblea, celebrada en Salvador, la capital de Bahía, los policías decidieron acabar con la protesta tras acordar con el gobierno del estado un ajuste salarial y la revocación de los procesos administrativos y órdenes de prisión contra los participantes del movimiento, según el diario Correio de Bahía. Sólo no saldrían en libertad dos dirigentes del paro, incluido Marco Prisco, el principal líder del movimiento, preso el jueves.
Los policías volverán de inmediato a sus puestos de trabajo y garantizaron su participación del operativo de seguridad para el Carnaval, que requiere de unos 20.000 hombres.
La paralización desató en Bahía una ola de violencia con un saldo de 157 muertos, más del doble del promedio habitual, principalmente en Salvador. "La huelga acabó (...) el fin de la huelga está decretado", afirmó el comandante de la policía militar (PM), Alfredo Castro.
Mientras, la huelga en Río de Janeiro, convocada el viernes, se debilitaba aún más con el anuncio de la policía civil de abandonar la huelga que convocó junto a la PM y los bomberos, que por el pronto continuarán con el paro. "El movimiento es crítico, no estamos delante de una huelga sino de una crisis. Yo hablo por la policía civil, no por los bomberos o la policía militar. Es muy difícil hablar de un movimiento reivindicatorio sin adhesión. Por cautela y respeto, la mejor decisión es suspender", dijo Francisco Chao, presidente del sindicato de la policía civil, Sindpol, en rueda de prensa.
Cerca de 9.000 efectivos del cuerpo de investigaciones fueron convocados la madrugada del viernes para sumarse a la paralización, aunque los dirigentes no llegaron a precisar el porcentaje de efectivos que acataron el paro.
Entre las tres fuerzas suman unos 70.000 efectivos. "Siempre quedó establecido (en el llamado a huelga) que la sociedad no quedaría desguarnecida", añadió Chao que convocó para el próximo miércoles a una asamblea de trabajadores para "deliberar sobre el movimiento".
"Estamos suspendiendo, no cerrando el movimiento. La decisión es de los trabajadores, no del sindicato", añadió. Los huelguistas de la PM y los bomberos celebrarán una asamblea el domingo o lunes para decidir el futuro de la medida de fuerza, que "no tuvo éxito", según dijo el gobernador del estado de Rio de Janeiro, Sergio Cabral.
"Fue un intento de huelga que no tuvo éxito porque ellos tienen conciencia de lo que hicimos y de la responsabilidad que tienen con los 16 millones de habitantes del estado", dijo el gobernador de Río, Sergio Cabral (PMDB, aliado a la presidenta Dilma Rousseff), citado por la prensa del sábado.
Las autoridades actuaron rápido para sofocar la paralización y en pocas horas arrestaron a 17 policías, entre los que están diez de los 11 líderes de la huelga con orden de arresto de la justicia.
Además, Cabral firmó un decreto para acelerar los procesos disciplinarios y sancionar más rápido a oficiales que adhirieron a la huelga: 129 policías y 123 bomberos serán sometidos a procesos administrativos por faltar al trabajo. En Brasil, la policía y los bomberos no tienen derecho a sindicalizarse ni a hacer huelga.
La paralización se sintió con más fuerza en ciudades del interior del estado, como en Campos (norte), adonde fue enviado el Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) para asumir las labores de vigilancia.
En la ciudad de Río, capital del estado, la situación en las calles fue de normalidad durante el sábado con la celebración de seis 'blocos de rua' (carnaval de calle) que congregaron a decenas de miles de personas.
