Tras la renuncia de Christian Wulff (en la foto), Angela Merkel propuso encontrar un candidato de consenso.
EFEBERLÍN.- La búsqueda en Alemania de un nuevo presidente tras la renuncia de Christian Wulff por un escándalo de presunto tráfico de influencias comenzó hoy con primeras negativas.
La canciller alemana, Angela Merkel, que había impuesto la candidatura de Wulff hace menos de dos años, propuso tras la dimisión de éste buscar un candidato consensuado con la oposición.
El presidente del Tribunal Constitucional alemán, la máxima instancia jurídica del país, Andreas Vosskuhle, rechazó una oferta de candidatura, coinciden varias fuentes consultadas por DPA. También el presidente del Parlamento alemán, el democristiano Norbert Lammert, cuyo nombre era barajado como posible candidato, rechazó una propuesta, señalaron círculos de los partidos del gobierno.
Otro nombre que sonaba era el del obispo protestante y antiguo máximo representante de la Iglesia Evangélica alemana, Wolfgang Huber.
Por su parte, los presidentes de los dos principales partidos de la oposición, el Partido Socialdemócrata y el Partido de Los Verdes, Sigmar Gabriel y Cem Özdemir, hicieron públicos algunos criterios que reclaman para la elección de un candidato de consenso.
Demandaron que no fuera miembro del gabinete de gobierno de Merkel y en lo posible tampoco un político en actividad. Özdemir matizó que el candidato sí podría estar afiliado a una agrupación.
Según los plazos que estipula la ley, el sucesor de Wulff deberá ser elegido en el lapso de un mes, es decir a más tardar el 18 de marzo.
Entretanto, la fiscalía de Hannover abrió hoy un sumario contra Wulff por tráfico de influencias. En concreto se sospecha que el presidente dimisionario aceptó y otorgó beneficios en unas cuestionadas relaciones con diversos empresarios durante su gestión como primer ministro del estado de Baja Sajonia (2003-2010).
Tras soportar durante dos meses sucesivos informes de prensa con detalles sobre sus amistades con empresarios, sus vacaciones gratuitas en casas de éstos y créditos preferenciales, Wulff acabó renunciando un día después de que la Justicia solicitase su desafuero. El político, de 52 años, fue el presidente más joven y su gestión la más breve en la historia del país, poco más de 19 meses.
La función, fundamentalmente representativa, fue asumida de forma interina por el actual presidente de la Cámara Alta, el primer ministro de Baviera, Horst Seehofer.