MOSCÚ.- La oposición rusa sale hoy de nuevo a la calle para protestar contra el presunto fraude en las elecciones presidenciales del pasado 4 de marzo que fueron ganadas por el Primer Ministro, Vladímir Putin.
"Éstas no son elecciones. Éste no es nuestro Presidente", es el lema de la concentración que tendrá lugar a partir de las 13:00 hora local en la céntrica calle Nuevo Arbat de la capital rusa.
La oposición no parlamentaria espera congregar al menos a 50.000 personas en una acción que ha recibido la autorización del Ayuntamiento moscovita.
En el acto intervendrán no sólo los líderes opositores, sino principalmente observadores electorales que expondrán numerosos casos de falsificación durante la votación, en la que Putin obtuvo el 63,60 por ciento de los votos.
"Con las pruebas en la mano demostrarán que las elecciones no fueron limpias. Hubo falsificaciones masivas", dijo el político opositor Vladímir Richkov, citado por las agencias rusas.
La policía moscovita, que ha movilizado a 2.500 efectivos para garantizar la seguridad en la zona, ha advertido a los organizadores contra los intentos de alterar el orden público.
Este lunes varios centenares de activistas fueron detenidos, entre ellos varios de los líderes de la oposición radical al Kremlin, por negarse a abandonar la céntrica plaza Pushkin tras una protesta pacífica.
Según la prensa, la protesta de hoy es crucial para valorar la capacidad de convocatoria de la oposición, una vez que hasta el presidente de Estados Unidos, Barach Obama, felicitó hoy a Putin por su victoria electoral.
Uno de los líderes más radicales de las protestas, Serguéi Udaltsov, aseguró que la oposición mantendrá la presión en las calles hasta la investidura de Putin en mayo y valora la posibilidad de lanzar una campaña de huelga y desobediencia civil.
Otros más moderados, como el liberal Serguéi Mitrojin y el periodista Serguéi Parjómenko, abogan por organizarse en comités para explicar a la ciudadanía sus demandas de reforma política y preparar una nueva estrategia de oposición a las autoridades.
Putin, que estará en el poder hasta 2018, ha admitido la existencia de algunas irregularidades en los comicios, pero defiende la limpieza de su victoria en la primera vuelta de las presidenciales.