Los piratas somalíes verán recrudecer la ofensiva europea en su contra.
EFE
BRUSELAS.- Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) darán hoy luz verde a una nueva dimensión de la "Operación Atalanta" que combate a los piratas que actúan en aguas del Océano Índico.
La autorización permitirá a las tropas europeas atacar las bases de los piratas en la costa de Somalia, donde estos navegantes delincuentes encuentran hasta ahora refugio.
Hasta 19 de estas bases podrían convertirse en blancos de los operativos una vez que se pongan en marcha, según autoridades españolas. Entre ellas se encontrarían los puertos de Eyl, Harradhare y áreas cerca de la frontera con el pequeño país de Yibuti.
La decisión será adoptada en un punto sin debate, después que ayer los titulares de Defensa le dieron su visto bueno. También fueron superadas las últimas reservas de Alemania, que ha obtenido las garantías que demandaba uno de sus parlamentos regionales.
Para completar el proceso, el Comité Político y de Seguridad de la UE acordará la próxima semana las nuevas reglas de la misión y su nueva planificación, lo que abrirá definitivamente la puerta a las nuevas acciones militares.
Sin poner vidas en riesgo
El objetivo, según explicó ayer el ministro español de Defensa, Pedro Morenés, es actuar contra las infraestructuras que usan los piratas para sus ataques, como las instalaciones de combustible y sus embarcaciones, sin poner en peligro ninguna vida, incluyendo a los propios piratas.
El texto que aprobarán hoy los ministros confirmará, además, la decisión de prorrogar Atalanta hasta finales de 2014.
La misión se puso en marcha en diciembre de 2008. Desde entonces han sido detenidos 117 presuntos piratas.
Los militares involucrados en los operativos ascienden a unos 1.400 efectivos y, según la UE, lograron evitar hasta 27 ataques contra barcos que surcaban el Índico.
Las acciones piráticas frente a las costas somalíes recrudecieron mientras se agudizaba la descomposición política de la nación africana, que enfrenta desde 1997 acres conflictos internos ligados a diferencias étnicas, de clanes y religiosas, así como invasiones exteriores emprendidas por su vecino Etiopía.
Mientras extensas áreas costeras se convertían en "tierra de nadie" sin vigilancia oficial, habitantes de las comunidades locales de pescadores comenzaron a utilizar sus embarcaciones para montar asaltos contra buques que cruzan el área del golfo de Adén, una de las más transitadas vías oceánicas del globo.
Algunos de los grupos cuentan con la protección de "señores de la guerra" locales, en medio de la anarquía reinante en Somalia.