En camillas como ésta se llevan a cabo las ejecuciones mediante inyección letal en Texas.
AFPHUNTSVILLE.- Un homicida convicto por abusos a niños y homicidio quien fue condenado por el asesinato de un bebé de diez meses fue ejecutado hoy en Huntsville, Texas.
La pena capital fue aplicada a Jesse Joe Hernández, quien recibió una inyección letal.
El crimen ocurrió el 11 de abril de 2001, cuando Hernández y su ex pareja vivían en un domicilio en Dallas junto a una mujer de 22 años, madre de Karlos Borja, de 10 meses, y de otra niña de 4 años. Mientras la joven trabajaba como mesera, el matrimonio cuidaba al bebé y a su hermana.
Cuando los pequeños se encontraban a cargo del hombre, Karlos Borja sufrió fractura del cráneo y lesiones en su cuerpo. La niña también presentaba golpes. Fue la propia esposa del acusado quien descubrió las lesiones en los niños y alertó a los paramédicos.
La investigación judicial determinó que Hernández golpeó al bebé con un instrumento contundente hasta causarle las lesiones mortales.
"Caminen con Dios"
"Díganle a mi hijo que lo amo mucho", dijo el sentenciado, de 47 años, momentos antes de la ejecución. "Que Dios los bendiga a todos. Continúen caminando con Dios", añadió.
Cuando la droga utilizada en la ejecución comenzó a hacer efecto, el hombre reiteró sus agradecimientos a quienes presenciaban el cumplimiento de la sentencia. "Los quiero a todos", susurró. "Gracias... Puedo sentirlo, puedo sentir su sabor. No es malo".
Diez minutos después fue declarado muerto.
La pena capital fue aplicada dos horas después de que la Suprema Corte de Estados Unidos negó las últimas apelaciones en favor de Hernández. Es la tercera persona de origen hispano ejecutado en Texas durante este año.
Durante la pesquisa del caso, la hermana de 4 años del bebé asesinado hizo dibujos ante los investigadores para describir el ataque que sufrió.
Además, análisis de sangre mostraron la presencia de rastros del DNA de Hernández en la sangre del pequeño Karlos encontrada en la ropa del bebé y en otros sitios de la escena del crimen, lo que fue considerado como prueba de su participación directa en el homicidio.
Aunque el condenado negó en un principio haber cometido la paliza, luego reconoció ante un detective que podría haber golpeado al bebé con una linterna. En su declaración judicial había dicho que había "explotado" y abofeteó al menor con la mano.
El jurado que emitió la sentencia fue informado de que Hernández había cumplido una condena previa por abuso de menores y posesión de drogas, además de haber cometido violencia intrafamiliar con su ahora ex esposa, a quien atacó con un bate de béisbol, entre otros delitos.
Al menos otros seis condenados esperan la pena capital en Texas en los próximos meses, de acuerdo a los registros judiciales en ese estado de EE.UU.