MIAMI.- David Alan Gore, un asesino en serie que llevaba 28 años en el "corredor de la muerte" y demostró peculiar frialdad con sus víctimas, fue ejecutado el jueves con una inyección letal en el estado de Florida, EE.UU.
El hombre había sido condenado por el secuestro, tortura, violación y asesinato de Lynn Elliott, una adolescente de 17 años, a la que mató con varios disparos en la cabeza en 1983.
La investigación judicial determinó que Gore y su primo Fred Waterfield detuvieron su automóvil para recoger a Elliott y a una amiga de ella, de 14 años, cuando ambas estaban haciendo autostop, el 26 de julio de ese año.
Tras abusar de ellas en la casa de los padres del primero, la joven huyó desnuda de la casa, pero fue alcanzada y ultimada a tiros.
Su cuerpo fue hallado en el maletero del vehículo del reo, quien confesó el crimen. También se declaró culpable de asesinar a otras dos adolescentes y a dos mujeres, a las que secuestró y torturó entre 1981 y 1983, siempre con la complicidad de su primo, quien cumple cadena perpetua.
Gore recibió la inyección mortal en la Prisión Estatal de Florida, situada en Raiford, en el norte del estado, y fue declarado muerto a las 22:19 horas GMT (19:19 horas en Chile), según informó el Departamento de Prisiones.
Objeto de estudio
El recluso, de 58 años, fue condenado a la pena de muerte en 1984 por el asesinato de Elliott y a cinco cadenas perpetuas por el homicidio de las otras víctimas.
Mientras estuvo en prisión, fue contactado por Tony Ciaglia, quien le escribió a él y otros asesinos en serie buscando entender mejor cómo funcionaban sus mentes. Algunas de las cartas que Gore le remitió son mencionadas en el libro "Serial Killer Whisperer" ("El encantador de asesinos en serie"), de Peter Earley.
En una carta dirigida a los padres de la víctima, el asesino aseveraba que ya no era el hombre de hace 28 años, porque había aceptado a Cristo y que Dios le había perdonado por "pecados pasados".
Hasta el último momento, su equipo defensor trató que el Tribunal Supremo de EE.UU. suspendiera la ejecución. No obstante, dos horas antes la máxima corte del país la desestimó.
Gore se convirtió en el reo número 73 en ser ajusticiado desde que se restableció la pena de muerte en este estado en 1976.
