PARÍS.- El candidato socialista a la presidencia de Francia, François Hollande, prometió este jueves un cambio de estilo si es elegido, con "una presidencia modesta para el que la ejerce" pero "ambiciosa para el país".
"Yo había hablado en julio de una candidatura normal para una presidencia normal. Una presidencia que debe significar cambios de método y de comportamiento, una presidencia modesta para el que la ejerce y ambiciosa para el país", señaló el candidato opositor, al que todos los sondeos consideran gran favorito para los comicios, cuya primera vuelta tendrá lugar este domingo y la segunda el 6 de mayo.
Con ese estado de ánimo, el candidato socialista prometió "seguir dirigiéndose a los franceses" y "rendirles cuentas de (su) política cada seis meses".
Interrogado sobre el calificativo de "antihéroe" que le atribuyó el periódico español "El País", François Hollande lo consideró como un "cumplido".
"Desconfío de los personajes que antes de realizar una misión piensan en la huella que van a dejar. Ésta es a menudo más leve", sostuvo.
"Siendo lector de Camus, conozco la grandeza de la condición humana. Y puedo elevar a Francia alrededor de una gran ambición: el éxito de la juventud. Un presidente está al servicio de su país y no de su propia ambición", recalcó.
En el plano financiero, Hollande señaló que quiere "separar las actividades de crédito y depósito de las llamadas de especulación" en "el seno de cada establecimiento" bancario. "No hay necesidad de separar los establecimientos", pero "ninguna colocación especulativa podrá ser financiada con los depósitos de los franceses", explicó.
En materia de política internacional, reiteró su promesa de retirar las tropas francesas de Afganistán antes de fin de año.
"El retiro será iniciado al día siguiente de la elección y terminado a fines de 2012. La cooperación entre Francia y Afganistán perdurará para el desarrollo y la formación de cuadros militares afganos", añadió.
En momentos en que los sondeos lo sitúan codo a codo o en leve ventaja con respecto al presidente saliente Nicolas Sarkozy en la primera vuelta (alrededor de 28% de las intenciones de voto) y ampliamente vencedor de la segunda (de 53 a 58%), Hollande estimó empero que "nada está decidido".
"Es en las próximas horas que muchos franceses van a decidir su elección. Evalúo la duda que existe todavía sobre el hecho de votar o no, a veces una interrogación sobre el sentido del voto" en la primera vuelta. "Mi actitud es clara: convencer hasta último momento que la primera vuelta arrastra a la segunda", indicó, insistiendo en que "son los franceses los que decidirán el domingo".
Confrontado a la competencia a su izquierda de Jean-Luc Mélenchon, candidato de la izquierda radical que ha logrado instalarse en un espacio político entre el partido socialista y la extrema izquierda, François Hollande previno que "no habrá negociaciones entre partidos entre las dos vueltas" de la elección presidencial, y volvió a subrayar que, si es elegido, "será su proyecto el que se aplique y no otro".
"No hay lugar en una presidencial para una negociación entre partidos. No habrá trueque, concesiones ni intercambios. En cambio, si los franceses me eligen en la segunda vuelta, yo me dirigiré a todos los electores. Cada voto de la primera vuelta merecerá ser comprendido", argumentó el candidato.