BEIJING.- El disidente chino Chen Guangcheng ahora desea abandonar China con su familia, confirmó el jueves la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
La vocera señaló a los periodistas que funcionarios estadounidenses hablaron con Chen el jueves en dos ocasiones y también con su familia y "ellos como familia han cambiado de opinión sobre el deseo de permanecer en China".
Nuland indicó que los funcionarios estadounidenses necesitan hablar más con Chen a fin de decidir sus opciones.
Funcionarios estadounidenses habían dicho previamente el jueves que intentaban ayudar al activista ciego chino quien dijo que temía por la seguridad de su familia.
La disputa diplomática entre Washington y Beijing sobre Chen Guangcheng es sensible para el gobierno de Obama. El riesgo es parecer blando en cuanto a los derechos humanos durante un año de elección o bien parecer que se apresuran a resolver el caso de Chen antes de las conversaciones estratégicas esta semana en China a las que asistió la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton.
Clinton dijo a China el jueves que debe proteger los derechos humanos en respuesta a la crítica de Beijing contra la intervención de Estados Unidos en el caso de Chen, cuya suerte ha ensombrecido las conversaciones anuales entre las dos potencias.
Clinton dijo en la inauguración de las conversaciones sobre asuntos económicos y de política exterior que Estados Unidos considera que "todos los gobiernos tienen que responder a las aspiraciones de nuestros ciudadanos a la dignidad y al estado de derecho, y que ninguna nación puede ni debe negar esos derechos".
Sus declaraciones fueron hechas después que Chen solicitara más ayuda de Washington.
Luego de escapar a la persecución de funcionarios oficiales en su pueblo rural y refugiarse en la embajada estadounidense en Beijing durante seis días, Chen abandonó el miércoles el lugar para buscar atención médica por una herida en la pierna en un hospital de la capital china y reunirse de nuevo con su familia.
Funcionarios estadounidenses dijeron que el gobierno chino acordó reubicarlo en el poblado universitario de su preferencia.
Chen, de 40 años, al principio señaló que tenía garantías de que podría estar a salvo en China —que es lo que según funcionarios estadounidense, él quiere—, pero horas después él le dijo a The Associated Press que temía por la seguridad de su familia a menos de que todos se fueran al extranjero. También indicó que sentía presión para que se fuera, tanto de funcionarios chinos como estadounidenses.
Un alterado Chen sostuvo el miércoles que desde su habitación en el hospital que las autoridades chinas le habían advertido que perdería su oportunidad de reunirse con su familia si permanecía más tiempo en la embajada.
Funcionarios de Estados Unidos confirmaron esa versión, pero negaron tajantemente su afirmación de que un diplomático estadounidense le había advertido de una amenaza china según la cual matarían a golpes a su esposa si no abandonaba la embajada.
El embajador estadounidense Gary Locke expresó en conferencia de prensa que puede decir "inequívocamente" que Chen nunca fue presionado para que dejara la embajada. Locke agregó que Chen dejó la embajada luego de hacer dos llamadas telefónicas con su mujer, quien esperaba en el hospital.
"Le preguntamos si estaba listo para irse. El brincó emocionado y dijo 'vámonos' frente a muchos testigos", dijo Locke.
Un alto funcionario estadounidense, que habló bajo condición de guardar el anonimato por tratarse de temas sensibles, dijo el jueves que luego de varios contactos con Chen y su esposa, parecía que sus puntos de vista sobre lo que más les convenía "podrían haber cambiado".
El funcionario dijo que Estados Unidos buscaba definir si Chen y su esposa habían cambiado de parecer sobre su decisión previa de quedarse en China.
China rechaza cualquier involucramiento de Estados Unidos en sus problemas internos y ha pedido una disculpa de Washington por haber albergado a Chen, que huía del acoso de autoridades locales en pueblo rural por exponer abortos forzados y otros abusos.
Pero las opacas circunstancias de la salida de Chen de la embajada, y su repentino llamado para salir de China después de haber declarado que quería quedarse, eclipsaron el inicio de las conversaciones del jueves entre China y Estados Unidos.
Entre los temas a tratar en la reunión estaba la crisis económica mundial y temas conflictivos como Corea del Norte, Irán, Siria y Sudán.