TOKIO.- La detención programada para hoy del último reactor nuclear activo en Japón, dejará al país sin ninguna de las 54 centrales atómicas con las que contaba en funcionamiento antes de la crisis desatada en marzo de 2011 en la planta de Fukushima.
Con la parada por revisión rutinaria del reactor número 3 de la central nuclear de Tomari, en la isla septentrional de Hokkaido, Japón dejará de producir electricidad a través de la energía nuclear por primera vez en 42 años.
Con todos sus reactores detenidos, y ante las pocas posibilidades de reactivar ninguno de ellos a corto plazo, Japón, un país que dependía en cerca de un 30 por ciento de este tipo de energía antes de Fukushima, teme que las altas temperaturas del verano disparen la demanda y se pueda producir una falta de suministro energético.
Desde que el tsunami del pasado 11 de marzo de 2011 arrasara la costa noreste del país y causara la peor crisis nuclear desde Chernóbil (Ucrania), el Gobierno ha reforzado las medidas de seguridad en las centrales, a las que exige superar unas pruebas de resistencia ante catástrofes similares a la del año pasado.
A pesar de que de los reactores 3 y 4 de la central nuclear de Oi, en la región de Kansai (centro), han superado los test de seguridad, el Gobierno se ha topado para su reactivación con el rechazo de las regiones y ciudades que acogen las centrales, en las que se esperan cortes en el suministro durante el verano.
En este sentido, el Gabinete del primer ministro, Yoshihiko Noda, ha intensificado las reuniones para intentar convencer a las administraciones locales de la necesidad de reactivar las unidades de Oi, que según sus cálculos podrían aportar hasta 2,36 millones de kilovatios extra en la región.
Para poder garantizar la demanda sin energía nuclear en las grandes ciudades del país como Tokio, cuya área metropolitana cuenta con más de 30 millones de habitantes, las operadoras eléctricas han potenciado el uso de las plantas térmicas, lo que intensificado el gasto en la importación de crudo y gas licuado.