RABATA.- Un preso marroquí que cumplía su pena en la cárcel de Ukacha, en Casablanca, aprovechó un traslado al hospital para fugarse con el fin de cobrar unas deudas y, cuatro días después, volvió a la cárcel por su propia voluntad.
El diario local "Al Jabar" informa hoy de que el preso, de 24 años de edad y que padece una insuficiencia renal, fue trasladado la semana pasada desde Ukacha al hospital Ibn Rochd, también Casablanca, para recibir tratamiento.
Una vez allí, pidió agua mineral al policía que lo custodiaba y cuando éste se ausentó momentáneamente, el recluso se fugó.
El preso, según apunta el diario citando fuentes de la cárcel de Ukacha, se dirigió inmediatamente a su pueblo, Tata, a 500 kilómetros al sur de Casablanca, para "cobrar unas deudas".
Cuatro días después, el reo regresó a la cárcel de Ukacha y se entregó por su propia voluntad a los guardias de la prisión para cumplir su pena.