NUEVA YORK.- La Organización de Naciones Unidas (ONU) informó este miércoles que la introducción de mejoras sanitarias redujo a la mitad el número de mujeres en el mundo que mueren en el embarazo y parto, aunque aún se produce una muerte cada dos minutos por esta razón.
Los 287 mil decesos maternos en 2010 suponen un descenso del 47% con respecto a las 543.000 ocurridas en 1990, indicó el informe "Tendencias en mortalidad materna" del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y el Banco Mundial.
"Sabemos exactamente cómo evitar las muertes maternas: mejorar el acceso a la planificación familiar voluntaria, invertir en profesionales sanitarios especializados en parto, y asegurar el acceso a cuidados obstétricos de emergencia cuando se producen complicaciones", afirmó Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del UNFPA.
"Estas intervenciones demostraron salvar vidas", añadió la autoridad al lanzar el informe en Nueva York.
India y Nigeria suman la tercera parte de las muertes maternas de 2010, mientras África concentra 36 de los 40 países con mayor tasa de estos decesos.
Caso contrario es lo que ocurre en las naciones del este de Asia, que han realizado más progresos en mejorar la salud de las futuras madres.
Según el documento, muchos países, particularmente en África Subsahariana, no lograrán alcanzar los objetivos del Milenio, que pretendían reducir la mortalidad materna en un 75% de 1990 a 2015.
"Cada dos minutos una mujer muere de complicaciones relacionadas con el parto", señaló el informe de la ONU.
Las cuatro causas más comunes son hemorragias graves luego del parto, infecciones, presión alta durante el embarazo y abortos poco seguros.
En 2010 la tasa de mortalidad materna global fue de 210 muertes por cada 100.000 nacimientos vivos. África Subsahariana registró la mayor tasa de mortalidad materna con 500 muertes de mujeres por cada 100 mil nacimientos de niños vivos.
En África Subsahariana una mujer se enfrenta a un riesgo de 1 posibilidad entre 39 de morir en el embarazo o parto del niño. En el sudeste asiático el riesgo es 1 de 290 y en los países desarrollados es 1 de 3.800.