RÍO DE JANEIRO.- Unos 150 miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad, un grupo de élite de la Policía brasileña, ocuparon hoy una favela en el centro de Río de Janeiro en una operación para combatir el consumo de crack en esta barriada pobre.
Se trata de la primera vez que la Fuerza Nacional de Seguridad, que tiene su comando en Brasilia, es usada en una ciudad brasileña para combatir el consumo de este derivado de bajo costo de la cocaína, con efectos más nocivos para la salud que otras drogas.
Igualmente, es la primera vez que una barriada pobre de Río de Janeiro es ocupada por fuerzas policiales en una operación de combate directo al consumo de crack.
El gobierno regional de la ciudad carioca inició hace cinco años una política para instalar puestos permanentes de Policía en favelas que eran dominadas por pistoleros pero para expulsar de las mismas a organizaciones que distribuyen principalmente cocaína y marihuana.
La favela escogida para iniciar la inédita operación de combate al crack fue el Morro Santo Amaro, en donde es común ver a numerosas personas dependientes de esta droga prácticamente viviendo en la calle.
En la barriada funciona una de las once "cracolandias" identificadas en la ciudad por la Secretaría Municipal de Asistencia Social de Río de Janeiro.
Los miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad, que permanecerán en la barriada por tiempo indeterminado, se distribuyeron por las calles de la empinada favela pocas horas después de que agentes de la Policía Civil y de la Policía Militarizada se tomaran la barriada, sin hacer un único disparo, para garantizar la expulsión de pistoleros y narcotraficantes.
Además de los policías, el Morro de Santo Amaro fue ocupado por cerca de 200 asistentes sociales, psicólogos y educadores que ofrecerán ayuda a los dependientes de crack en diferentes puestos y durante 24 horas al día.
En pocas horas de operación los asistentes sociales condujeron a puestos de salud a 65 dependientes de la droga que dormían en la calle, entre ellos cinco menores de edad.
La ocupación de esta favela servirá como modelo para otras operaciones de combate al consumo de crack en las demás ciudades brasileñas, según el Ministerio de Justicia.