GINEBRA- La china Margaret Chan fue reelegida hoy para un segundo mandato de cuatro años como directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco de la Asamblea General que celebra esta organización en Ginebra.
Chan era la única candidata al cargo y su nominación ya había sido respaldada en enero pasado por el Comité Ejecutivo de la OMS, por lo que su reelección fue un mero trámite en la Asamblea.
El nuevo mandato de Chan, nacida en Hong Kong en 1947, comenzará el 1 de julio y se extenderá hasta el 30 de junio de 2017.
Doctora en Medicina por la Universidad de Western Ontario (Canadá), Chan asumió en 1994 la Dirección de Salud de Hong Kong, cargo que ocupó durante un periodo de nueve años.
En 2003, comenzó a trabajar para la OMS como directora para la Protección del Entorno Humano, y dos años más tarde fue nombrada responsable del área de enfermedades transmisibles.
La principal crisis que afrontó la directora general durante su primer mandato fue la pandemia de gripe A, que la OMS declaró en 2009 y que inicialmente provocó una situación de pánico, a pesar de que el virus tuvo finalmente efectos moderados.
Sus consecuencias financieras fueron negativas para muchos países, especialmente para los que firmaron contratos con grandes farmacéuticas para asegurarse reservas suficientes de medicamentos y vacunas, de los que una gran mayoría nunca fueron utilizados.
Las dudas sobre la gestión de la OMS de la primera pandemia del siglo XXI obligaron a Chan a convocar a un grupo de expertos para analizar de forma independiente si hubo o no conflicto de intereses.
Ese grupo eximió de responsabilidad a las autoridades de la OMS, aunque sí reconoció omisiones que "alimentaron" la confusión y las sospechas, al tiempo que alertó sobre las deficiencias que aún se observan en el sistema sanitario internacional.
En este segundo mandato, Chan afronta también una profunda reforma de la institución para intentar ser más eficaz en tiempos de crisis financiera, que ha supuesto de momento el despido de 300 de sus 2.400 trabajadores con sede en Ginebra.
El 25 % del presupuesto de esta agencia de la ONU proviene de los Estados miembros y el otro 75 por ciento de las aportaciones voluntarias, y ambas partidas se han visto muy afectadas en los últimos tres años a causa de la crisis.
El presupuesto aprobado para el bienio 2012-2013 es de 3.959 millones de dólares, frente a los 4.500 millones del periodo 2010-2011, lo que unido a la apreciación del franco suizo frente a la divisa estadounidense ha forzado esta reestructuración.
Chan inauguró el lunes la Asamblea anual con un nuevo llamamiento a la austeridad y a la imaginación para afrontar el gasto en tiempos de crisis, y con una advertencia sobre el impacto que los recortes económicos pueden tener en la sanidad pública.
La directora general reconoció en su discurso de inauguración que existen razones suficientes, por ejemplo, para pensar que no se cumplirá el objetivo declarado por la ONU de que 15 millones de portadores del sida reciban tratamiento para 2015.
Al hacer un balance general de la sanidad pública, Chan advirtió de que actualmente hay dos "grandes zonas de peligro".
La primera coincide con el riesgo de que se desvanezcan los importantes avances en la lucha contra el sida por restricciones en los recursos destinados a poner bajo control la que ha sido considerada la mayor epidemia de las últimas décadas.
La segunda es la relacionada con las enfermedades no transmisibles, cuyo carga para los sistemas de salud públicos del mundo ya supera a la de las enfermedades contagiosas.
Chan alertó del incesante aumento de las primeras: los casos de obesidad (causante de diversas dolencias crónicas) se duplicaron entre 1980 y 2008 en el mundo, uno de cada diez adultos sufre de hipertensión y uno de cada diez de diabetes.
"Estas son las enfermedades que gravan los sistemas de salud hasta puntos de ruptura", afirmó.