TEHERÁN.- Mañana será constuida la novena legislatura del Parlamento consultivo de Irán, con una amplia mayoría de diputados afines al líder supremo del país, ayatolá Ali Jamenei, y como una sombra hostil al Gobierno del presidente, Mahmud Ahmadineyad.
Una de las características más interesantes del nuevo Parlamento es que de los 290 puestos, 196 serán ocupados por diputados sin experiencia previa en el puesto y que, al ser elegidos de forma independiente, pueden sorprender con sus posturas.
Sin embargo, su participación en listas previas, sus manifestaciones y su militancia permiten encajar a casi un 80% de ellos en las filas de los ultraconservadores principalistas, agrupados alrededor de Jamenei y enfrentados al actual presidente.
Las diferencias ideológicas entre una y otra parte son escasas, pero están enfrentados sobre todo desde que Jamenei desautorizó al presidente en abril del año pasado, al restablecer en su puesto al ministro de Inteligencia, Heydar Moslehi, un clérigo incondicional del líder, horas después de ser destituido por Ahmadineyad.
El entorno de Ahmadineyad es acusado por los principalistas de desviarse del sistema islámico y poner en cuestión la primacía religiosa en el régimen teocrático y, también, de irregularidades y de corrupción en el Gobierno.
Ahmadineyad está empeñado en retirar de inmediato los subsidios a los productos energéticos y básicos para abrir la economía, algo rechazado por el Parlamento saliente y que probablemente por el que asumirá mañana, ya que consideran que la medida dispararía la inflación.
Todo esto apunta a que Ahmadineyad tendrá graves problemas con el Legislativo, sobre todo en materia económica, en el año que le queda en la Presidencia, pese a que ha insistido en los últimos días en que "no hay distancia entre el Parlamento y el Gobierno", con la aparente intención de atraerse a los nuevos diputados.
Dentro de la lucha interna por el poder, Ahmadineyad también ha intentado captar para su bando a mandos militares, en especial de los Guardianes de la Revolución, que además de la fuerza e influencia política, han adquirido un enorme poder económico.